jueves, 29 de enero de 2009

Regresar a Primo Levi


Años atrás, compré un libro de bolsillo un tenderete de saldos editoriales en la romana Via del Corso.
Es de tapa blanda y papel de escasa calidad.
Con el uso, sus páginas se han arrugado; y su portada, originalmente blanca, tiende al color incierto. Pero en mi biblioteca, en la que no faltan ni clásicos ni vetustos volúmenes de cierto valor, este humilde libro de bolsillo ocupa un lugar central. Cambió mi percepción de la existencia humana.
Contiene dos narraciones, Se questo è un uomo y La tregua, que relatan la experiencia de Primo Levi, un hebreo turinés que conoció el infierno de Auschwitz.
Levi se impuso la misión de describir aquel infierno.
En 1947 consiguió publicar Si esto es un hombre en una pequeña editorial, pero la narración pasó desapercibida.
Europa había descubierto con horror, sí, la barbarie nazi, pero la desolación era enorme, nadie quería escuchar penalidades.

Once años más tarde la reeditó Giulio Enaudi y por fin llegó a millones de lectores.

Primo Levi describe en ella la experiencia límite de la humanidad: la extrema postración con que los judíos (y los gitanos) se enfrentaron a la experiencia del mal absoluto: querían exterminarlos por completo de la faz de la tierra.

Describe Levi el infierno planificado por la culta Alemania nazi, huyendo de toda la retórica. Usando los desapasionados recursos de la prosa científica, sin adherencias sentimentales, sin concesión a la épica o a la sacarina elegiaca, huyendo del detallismo morboso, refrenando el resentimiento. Trascendiendo al anecdotismo de tantas películas y de tantas obras testimoniales, su relato conquista la verdad profunda de los campos de exterminio nazi, a saber: el exterminio de una parte de la humanidad sólo es posible si el verdugo consigue deshumanizar a sus víctimas. Si consigue verlas, no como personas, sino como bestias inmundas.

En efecto, en los campos de exterminio no solamente abundaba la muerte y la desolación, sino una inmensa cantidad de normas aparentemente arbitrarias que se imponían con rigor maniaco a los encerrados.
Vagones de ganado, que nunca se abrían, lo que obligaba a los deportados a yacer durante días entre sus propias heces.
Sustitución del nombre por un número; que se tatuaba en la piel, como se marcan las reses.
La escasez de cucharas para obligar a los prisioneros a tomar el acuoso mejunje a la manera de los perros.
El uso de los cuerpos como ratas de laboratorio para experimentos.
El aprovechamiento de los cadáveres (no sin antes haberles arrancado los dientes de oro) como materia prima: grasa para jabón, cabello para el textil, cenizas como fertilizante...

Atención: lo verdaderamente significativo de estas normas no es el dolor que causaron en las víctimas.
Ni en el horror que provocan en el lector civilizado (así los usa el cine, tan emocional).
Ni, por supuesto, en el sadismo de los verdugos (el peor cine banal pone ahí su acento, tranquilizando la consciencia del espectador, cuando en realidad los soldados que controlaban los campos no eran ni sádicos, ni locos, ni, muchos de ellos, ideológicamente nazis: eran gente como usted, como yo).
Sistemáticamente impuestos, estos mecanismos de bestialización cumplían el objetivo de deshumanizar a las víctimas.
Condición imprescindible para poderlas después exterminar sin escrúpulos.

Regreso a Primo Levi para recordar en qué desembocó medio siglo atrás el prejuicio antisemita.
Un prejuicio fosilizado en la tradición hispánica, que idealizó a golpe de inquisición la pureza de sangre y el desprecio a los marranos. Tradición que revive en los ataques ad hominem que reciben los escritores Culla, Rahola y Villatoro (la vieja insidia: no tienen opiniones libres, están vendidos al sionismo, versión moderna del usurero de antaño).
Escribo en una ciudad, Girona, que obtiene agradables beneficios turísticos de su pasado hebreo, pero que en la edad media, antes de la expulsión de los judíos, incendió por dos veces el Call (judería).
Todo esto pesa. No lo olvidemos, a la hora de censurar los errores de Israel. Regreso a Primo Levi para refrescar el verdadero sentido de las palabras nazi, genocidio y holocausto, que nunca deberían usarse en vano.
La respuesta militar de Israel contra los ataques de Hamas ha causado más de 1.000 muertos: es, pues, un error trágico. Colosal. Pero asociar la cruz gamada a la estrella de David y afirmar que ahora los judíos hacen a los palestinos lo que les hicieron a ellos es desconocer el significado histórico del nazismo. Es trivializar la experiencia del mal absoluto.
La izquierda propalestina debería mantener los ojos muy abiertos en este punto, pues coquetea con prejuicios muy peligrosos y enraizados.
Dicho lo cual, creo que si Primo Levi viviera, reflexionaría ahora como hizo en unas severas declaraciones a La Repubblica en septiembre de 1982, después de la masacre de los campos palestinos de Sabra y Chatila: "Los argumentos que nosotros, los hebreos de la diáspora, podemos oponer a Menahem Begin son dos, uno moral y otro político.
El moral es el siguiente: ni tan siquiera una guerra justifica la perversa vía sangrienta de Begin.
El argumento político está claro: Israel se está precipitando hacia el aislamiento total.
Debemos contener los impulsos de solidaridad emotiva con Israel para razonar con la mente fría sobre los errores de la actual clase dirigente israelí.

Escasos de lógica

Días pasados se levantó la excomunión que pesaba sobre cuatro obispos ordenados por Marcel Lefevbre en 1988.
Precisamente la ordenación de los mismos fué la gota que rebasó la paciencia, y desencadenó la sanción por parte del Papa Juan Pablo II, bajo la forma de carta apostólica "Ecclesia Dei".

Se levanta la excomunión, y se los reincorpora a la grey con el grado de obispos?
Cuestión compleja, que lleva tiempo, y no suele darse de un día para otro.

Uno de ellos aparece en la TV sueca y se pone a pontificar sobre la cantidad de judíos masacrados, diciendo que no fueron millones, sino unos miles (..),
que no hubo cámaras de gas ..

Este señor no tiene intenciones de retornar a ningún rebaño.

Hay un acercamiento hacia el ala mas conservadora de la Iglesia católica, esperamos se haga lo propio hacia otros sectores de nuestra Iglesia.

Sin embargo, el sector de relaciones internacionales del Vaticano, debería haber previsto que el día 27 de enero, se recuerda el Holocausto.
Hubiese sido interesante poner en la mesa de diálogo interreligioso a estas ovejas descarriadas, como parte de un trabajo previo a la gracia otorgada, para ver si (efectivamente), existía un interés real en volver al redil.


Las noticias de los diarios, y los medios, contrastarán con  El Domingo - periódico que nos une como iglesia, en cuya contratapa leeremos este domingo, un artículo de Juan Carlos Pisano, que dice:
El diálogo con El Judaísmo (2)
 
La actitud de diálogo entre cristianos y judíos no sólo expresa el valor general del diálogo entre las religiones, sino también la participación en el largo camino que lleva del Antiguo Testamento al Nuevo. Hay un largo tramo de la historia de la salvación que contemplamos juntos.
A diferencia de otras religiones no cristianas, la fe judía ya es una respuesta a la revelación de Dios en la Antigua Alianza.

Una historia iluminada por una multitud de personas santas, cuya vida testimonia la posesión, en la fe, de lo que se espera. La carta a los Hebreos pone de relieve, precisamente, esta respuesta de fe. El testimonio valiente debería marcar también hoy la colaboracióm de cristianos y judíos para proclamar y actuar el designio salvífico de Dios a favor de la humanidad entera. El hecho de que este designio sea interpretado en forma diversa de la aceptación de Cristo, implica una divergencia decisiva que está en la raíz misma del cristianismo, pero eso no quita que muchos elementos sigan siendo comunes. Tenemos el deber de promover una condición humana más acorde con el designio de Dios. Así, reconociendo a Dios sobre la creación, los creyentes están llamados a traducir su fe en un compromiso concreto para proteger el carácter sagrado de la vida humana y defender la dignidad de todo hermano y hermana.
 
A veces el aleteo de una mariposa, puede desencadenar un huracán ..

Shoah

El 27 de enero fué la fecha instituida por las Naciones Unidas para recordar el Holocausto.

lunes, 19 de enero de 2009

miércoles, 14 de enero de 2009

Sin paz, sin amor

Leyendo la portada de Clarín los principales artículos de hoy son: por un lado la baja en la tasa de matrimonios y por otro la guerra en Gaza. Pienso que no es casualidad que esto acontezca, es un signo de estos tiempos; así como firmar un tratado de paz por obligación no tiene el menor sentido; sucede lo mismo con una unión matrimonial.
En el primero de los casos para lograr la paz tenemos que tener la convicción de eso, desearlo, olvidar rencores, renunciar a muchas posiciones y dejar de odiar, dejar ser egoístas.
En el segundo de los casos también renunciar al egoísmo es fundamental, entregarse a lo sentimental y dejar de lado el materialismo; también como el otro caso tener la convicción total de la pareja a formar.
Vivimos en momentos donde el materialismo es lo fundamental, donde el dinero es lo más importante, donde los gobernantes se preocupan más por acumular poder que por el bienestar de la población; donde se invierten miles de millones para "salvatajes" de organizaciones usureras en lugar de luchar contra el hambre y generar trabajo; donde nos inculcan odio por alguien diferente; el odio es lo que triunfa en Gaza, en Sudán, en el Congo, en el mundo; con odio no hay paz ni amor.
Algo para destacar es lo siguiente: uno de los libros más cuestionados de la biblia es "Cantar de los Cantares" (en hebro "Shir (canto) hashirim (plural de canto"), cuando se discutía entre los sabios judíos de ese momento que libros iban a ser canónicos en el Tanaj (biblia hebrea que luego los cristianos adoptaron como "Antiguo Testamento"), Rabí Akibá dijo que ese era el primero que tendría que estar; porque refleja el verdadero sentimiento del hombre, el amor apasionado e incondicional por una mujer, que según los sabios es lo que más se acerca al amor de un hombre por Dios.

lunes, 12 de enero de 2009

Más sobre el Tao Te Ching

Comparto mensaje de Jorge Mingarro, el iniciador en lides orientales, quien hace algunas aclaraciones y paralelismos sobre el autor del broli, Lao Tzu.

Estimado Quique: El libro es "Tao Te Ching" de Lao Tzu. Ed. Gaia Ediciones

Una de las acepciones corrientes de la palabra Tao es  sendero, camino. 
Lao Tzu  enseña el  camino - que entre nosotros los modernos se puede traducir etimológicamente por método-.
Los que siguen el Tao son taoistas o seguidores del camino, que por casualidad es el nombre que se daban los primeros cristianos.
Otra extrañeza: Lao Tzu nació de una Virgen.
Como se dice para el Corán escrito, hay un libro que es la madre del libro en la tierra, y de todos los libros que enseñan y guían, y el mismo esta en los cielos.
El Tao como el abismo del Padre se refleja en el rostro de Cristo...
Ese abismo es el misterio que nos sobrecoge, y en el cual nostros, frágiles criaturas de carne, residimos.

Que difícil es escuchar

Según muchos sabios cuando Moisés subió al Monte Sinaí le preguntó a Dios porque tenemos dos oídos, dos ojos y una sola boca, a lo que el Eterno respondió que era más importante lo que se percibía que lo que se hablaba; este pensamiento también está presente en muchas culturas.

Esto viene por algo que ocurrió la semana pasada en mi trabajo; estaba finalizando un día cuando alguien me viene de alguna manera a increpar por el conflicto actual en Gaza; tuve que escuchar todo tipo de bravuconadas sin poder exponer absolutamente nada.

Creo que es muy inteligente la entrada de Gabriel Zanotti, sobre dejar de recordar cosas que pasaron hace años, más todavía cuando esos "recuerdos" son muy controvertidos como en el caso del conflicto de Oriente Medio; esta persona entre las cosas que me increpaba era que "hace 60 años que el mundo está castigado por ese conflicto"; suponiendo que fuera cierta la postura de este señor; que "Israel invadió Palestina en 1948", si el mundo haría revisionismos territoriales, tendríamos una guerra entre Estados Unidos y México por Texas, California, Arizona, New México, Colorado y Nevada; entre Argentina y Paraguay por Formosa y Misiones, entre Paraguay y Brasil por el Matto Grosso; entre Bolivia y Chile por el litoral Pacífico, entre Perú y Chile por Tarapacá; entre Hungría y Rumania por Transilvania, entre Colombia y Panamá por este último país, entre Guatemala y Belize; entre Venezuela y Guyana; entre España y el Reino Unido por Gibraltar, etc. etc. etc.

Creo que hubiese sido mejor por parte de esta persona preguntarme mi visión sobre este conflicto y no querer imponer su postura; creo que si escucháramos más la otra versión de los hechos y dejáramos de fanatizarnos siempre con lo mismo se acabarían muchos enfrentamientos en este mundo; alguien inteligente en ese aspecto fue el Rey Hussein de Jordania, país que tiene un acuerdo de paz con Israel, según él "hay que ponerse en los zapatos de los otros"; también es muy inteligente Leo Trepp en su libro "Una historia de la experiencia judía" que arguye que tomar como inaceptable otras creencias llevó a grandes distanciamientos en la historia de las religiones monoteístas.

Cuanto más difícil sea una situación más moderación hay que tener en lo que se opina.

Las tribus bangwa celebran el final del luto por Chiara Lubich

Jornadas en Camerún dedicadas a la fundadora de los Focolares

ROMA, domingo, 11 de enero de 2009 (ZENIT.org).- "Seguir viviendo la herencia dejada por Chiara" es el espíritu que anima las celebraciones organizadas por el pueblo bangwa de Lebialem, en Camerún, en las que están participando  diez mil personas de distintas tribus, así como autoridades civiles y religiosas de esta región africana.

Asisten la presidenta de los Focolares Maria Voce, el copresidente Giancarlo Faletti y los responsables del Movimiento de los Focolares en África que está presente en casi todos los países del continente. 

Según una tradición ancestral, los pueblos del distrito de Lebialem, celebran el "cry die", (el final del luto) de la fundadora de los Focolares, fallecida el 14 de marzo pasado. Es "el momento en el que es solemnemente incluida entre los antepasados y, por tanto, digna de ser recordada e invocada. Su ideal de solidaridad, espiritualidad, compartir, amor, no puede morir", dice la invitación oficial.  

"El evento se inscribe en un 2009 que se proyecta como año de África: justicia y paz en el continente estarán en el centro del esperado viaje de Benedicto XVI, en marzo próximo a la capital Yaundé, donde presentará a los obispos del continente el documento preparatorio del Sínodo para África, previsto para octubre próximo", explican los Focolores en un comunicado.

Los eventos programados revelan la riqueza de valores y de energías de los pueblos africanos, en su mayoría desconocidos en otros continentes.

"Dan visibilidad a un pueblo que vive una convivencia armoniosa entre cristianos y adeptos a las religiones tradicionales, entre negros y blancos, donde se han curado las heridas de la esclavitud y de la ocupación colonial; se mostrará un original modo de solidaridad y desarrollo; se sacarán a la luz los múltiples efectos, tanto en el campo espiritual como en el social de la nueva evangelización, promovida en primera persona por los líderes de este pueblo --que es en "un 80% seguidor de religiones tradicionales africanas- y los Focolares", dice el comunicado.

Se anuncia una nueva etapa de la historia que han protagonizado tribus del interior de la selva camerunesa, Chiara Lubich y el Movimiento de los Focolares. Una historia iniciada en Fontem en 1966, como respuesta al grito de abandono del pueblo bangwa, amenazado de extinción por las enfermedades.  

Desde 1969, se han implicado jóvenes de muchos países, movilizados en una comunión de bienes mundial por la fundadora Lubich, movida por la urgencia de "deber hacer justicia" para contribuir "a colmar la deuda que el mundo occidental tiene hacia aquél continente".  

En Fontem, surge ahora una ciudad con más de seiscientas casas, escuelas, actividades laborales, hospital e iglesia. Desde aquí, la espiritualidad evangélica de la unidad se irradia a todos los países del continente. 
El 9 de enero se inauguró la Fundación Chiara Lubich, para dar continuidad a sus ideales: Los fondos se destinan a ayudas en el campo educativo, sanitario e iniciativas encaminadas a prevenir las lacras del hambre, conflictos étnicos y otros males. 

Las celebraciones culminaron el 10 de enero, en una gran reunión popular. En su último viaje a Fontem, en 2000, Chiara Lubich recibió el título de "Mafua Ndem" (reina enviada por Dios), en señal de gratitud por la espiritualidad de unidad y sus frutos de reconciliación y profunda conciencia moral en esta población, más que por las muchas obras realizadas en Fontem por el Movimiento y el pueblo bangwa .

En la cultura de las religiones tradicionales africanas, el espíritu de Chiara sigue viviendo en quien le sucede: la nueva presidenta Maria Voce. Con una solemne ceremonia, con danzas, cantos y discursos, la nueva presidenta será reconocida como Mafua Ndem II. 

En recuerdo de Chiara, los bangwa han erigido una estatura en bronce en la plaza del hospital. Se descubrió, tras la celebración eucarística en la Iglesia de Santa Clara de Asís, presidida por el obispo Francis Teke Lysinge, de la diócesis de Manfe. 

Antes, se celebró el encuentro con las Religiones Tradicionales Africanas, en Fontem del 3 al 7 de enero, sobre "La Naturaleza, lugar de encuentro con Dios" en la visión cristiana y en las religiones locales, con intercambio de testimonios, reflexiones espirituales y culturales, y una intervención grabada en vídeo de la fundadora de los Focolares.

domingo, 11 de enero de 2009

Dào Dé Jing

Versión del Dào Dé Jing hallada en Mawangdui.

El Dào Dé Jing (Chino: 道德經  , Wade-Giles: Tao Te Ching, también llamado Tao Te King) es el libro más importante del pensamiento Taoísta y de la filosofía taoísta. El libro, según dice la leyenda, fue escrito alrededor del año 600 a. C. y su autor es Laozi (WG Lao Tzu, también trasliterado como Lao Tse, "Viejo Maestro"), de quien se dice fuera un archivista de la Corte Imperial durante la dinastía Zhou. La autenticidad de estos detalles, sin embargo, es aún objeto de discusión.

El nombre Dào Dé Jing puede traducirse como "El libro del Camino y de su Virtud" (véase más abajo sobre las dificultades de traducción). El Tao Te Ching describe una fuerza, llamada el Dào (Tao), que es el orden del mundo. Es una fuerza de contradicción, y representa todas las cosas del universo.

Es un libro muy corto; tiene sólo 81 capítulos de una página cada uno. Fundamentalmente está dirigido en dos sentidos. Uno es la transmisión de la idea de Tao y de la manera de obrar del "hombre santo" o "sabio" que la llega a conocer. Por otra parte el Tao Te Ching aconseja a los gobernantes para regir de forma sabia.

Este breve y enigmático libro es uno de los más importantes en la filosofía y la religión chinas, fundamento del taoísmo, pero con una clara impronta en el budismo Chán, pues este último comparte muchos conceptos del taoísmo. En China la filosofía de la naturaleza y la visión del mundo están impregnadas del pensamiento taoísta y así muchos artistas, pintores, calígrafos y hasta jardineros han usado este libro como fuente de inspiración. Su influencia se ha esparcido también más allá del Lejano Oriente, ayudada por las muchas traducciones diferentes del texto a lenguas occidentales.

El Tao que puede nombrarse no es el Tao eterno.
El nombre que puede nombrarse no es el nombre inmutable.
La no existencia es el principio del cielo y de la tierra.
La existencia es la madre de todo lo que hay.

Contenido

[ocultar]

Dificultades de traducción [editar]

El autor empleó ideogramas del chino clásico para escribirlo. Puesto que el significado de los caracteres chinos puede ser amplio, hay varias formas posibles de traducir su título.

  • 道 (dào) se transcribe usualmente como "el camino por delante", "la senda por delante", o simplemente "el Camino". Este término, usado por todos los filósofos chinos (incluyendo a Confucio, Mencio, Mozi y los legalistas), tiene un significado especial en el contexto del taoísmo, en el que implica el proceso esencial e innominable del universo por eso muchas veces es traducido también como el "sentido" que provoca el movimiento.
  • 德 (dé) tiene el equivalente aproximado de "virtud". En chino, 德 lleva las mismas connotaciones que la palabra "virtud" en español: puede significar tanto una cualidad moral, cuanto una capacidad inherente (la virtud de curar").
  • 經 (jīng) significa "escritura", "gran libro", o "doctrina".

Así, 道德經 puede traducirse como "La Escritura del Camino y la Virtud", "El Gran Libro del Camino y su Poder", "La Doctrina de la Senda y sus Virtudes", etc.

Conocido habitualmente como el 道德經, el título probablemente es la fusión de dos libros, 道經 y 德經. El último libro, en efecto, ha sido hallado en primer lugar en algunos descubrimientos recientes. Es probable que el nombre combinado de ambos libros no tenga ningún significado intencional, si bien es actualmetne imposible determinarlo dadas las numerosas revisiones de las escrituras.

El chino clásico en que está escrito el libro presenta dificultades para ser entendido aún para los hablantes modernos educados del chino. Además, muchas de las palabras usadas en el texto son intencionalmente vagas y ambiguas. La falta de puntuación en el chino clásico complica aún más la tarea, pues no existe manera concluyente de determinar donde termina una frase y comienza la siguiente. Mover un punto atrás o adelante unas pocas palabras, o insertar una coma, pueden alterar profundamente el significado de muchos pasajes.

Estructura [editar]

En su forma actual, el Dào Dé Jing tiene dos secciones (Dào, capítulos 1 al 37; y , capítulos 38 al 81), con un total de aproximadamente 5.000 caracteres chinos. Cada capítulo es bastante breve, usando pocos caracteres para expresar poéticamente sus ideas, frecuentemente complejas.

Historicidad [editar]

La existencia de Laozi se menciona en rollos que se remontan al 400 a. C., pero no se registraron contemporáneamente detalles de su vida. El historiador chino Sima Qian escribió una supuesta biografía alrededor de 100 a. C., indicando que su nombre de nacimiento había sido Li Er. Estudios sobre el lenguaje y el esquema de rimas de la obra apunta a una época de composición posterior al Shi Jing o "Libro de las Canciones", pero anterior a la escritura de Zhuangzi, es decir, en algún momento entre el final del siglo IV a. C. y el comienzo del siglo III a. C.

Existe un debate académico sobre la autoría de la versión actual del Dào Dé Jing. Se han hallado secciones bajo la forma actual en tablillas grabadas en piedra de alrededor de 300 a. C. El descubrimiento en 1973 de los rollos de seda llamados textos de Ma-wang-tui (por la aldea en que fueron hallados), que comprende el "Texto A", con más lagunas y presuntamente escrito antes que el "Texto B", que ha sido datado a alrededor de 200 a. C., revela que las versiones más comunes del texto recibido son esencialmente las mismas que se conocían en la antigüedad, lo que limita el período durante el cual los escritos pudieron haber sido cambiados o incrementados con nuevas contribuciones. En 1993 se halló la versión más antigua conocida del texto, escrita en tiras de bambú y datada a 300 a. C. Este hallazgo recuperó 14 versos antes desconocidos, llamados "texto de Guodian" por haber sido descubiertos en la ciudad de Guodian, provincia de Hubei. Muchas traducciones recientes incluyen estos textos, y frecuentemente se reordenan los versos del libro para incorporar el nuevo hallazgo.

Conceptos principales [editar]

Muchas personas creen que el Dào Dé Jing contiene algunas verdades universales que han sido reconocidas también en otras filosofías, religiosas o seculares. Cada una de las interpretaciones modernas difiere al menos ligeramente, y en ocasiones profundamente, de la otras. Dependiendo de cómo se los lea, algunos capítulos pueden tener varias interpretaciones, desde la sabiduría práctica para la gente común hasta consejo para los reyes, pasando por extrañas recetas médicas. Los principios y conceptos centrales son:

  • El Tao abarca los principios de infinitas cosas. No tiene forma ni sonido; es incorpóreo, eterno y permanente. Este principio no puede explicarse con palabras.
  • El Dào Dé Jing enfatiza los valores "femeninos" (Yin), como la cualidad del agua, fluidez y suavidad (en lugar de la solidez y aspereza de la montaña), la elección del lado oscuro y misterioso de las cosas, y el control sobre las cosas sin gobernarlas.
  • El concepto de "retorno", no en el sentido de regreso al pasado, sino más bien como "contracción", "reducción" e incluso "retirada" sobre sí mismo. Este concepto es ilustrado por el texto del capítulo 48: el aprendizaje consiste en aumentar día a día el patrimonio propio; la práctica del Tao consiste en sustraer día a día.
  • La Nada es la sustancia del Tao y el Ser es su función. Para alcanzar el dominio del Tao es necesario primero reconciliarse con la inmovilidad, no ocuparse de cosas mundanas, dejar de lado el intelecto, el conocimiento, los deseos, el egoísmo y el egocentrismo.
  • Para el taoísmo es central la búsqueda del vacío, común también al budismo y, en alguna medida, al confucionismo.
  • Otras ideas centrales incluyen:
    • El uso de la fuerza sólo atrae la fuerza.
    • La riqueza no alimenta el espíritu.
    • El ansia de poseer sin límite ciega al ser humano y lo convierte en un monstruo codicioso y violento.
    • La preocupación sólo por sí mismo, y el darse importancia son vanos y autodestructivos.
    • La victoria en la guerra no es gloriosa. No debe celebrarse, sino ser causa de duelo, porque surge de la devastación.
    • Cuanto más empecinadamente se intenta algo, mayor es la resistencia que se crea; cuanto más se actúa en armonía con el universo, más se logrará y con menos esfuerzo.
    • El verdadero sabio concede poca importancia a su propia sabiduría, porque cuanto más conoce más se da cuenta de lo limitado de su conocimiento.
    • Cuando perdemos los valores fundamentales, los reemplazamos con valores crecientemente inferiores que pretendemos verdaderos.
    • La glorificación de la riqueza, el poder y la belleza atraen el crimen, la envidia y la vergüenza.
    • Las cualidades de flexibilidad y suavidad son habitualmente superiores a las de rigidez y fuerza.
    • El contraste de los opuestos (la diferencia entre masculino y femenino, luz y oscuridad, fuerte y débil, etc.) es lo que permite entender y apreciar el universo.

Análisis de la obra [editar]

En sus 81 capítulos, a través de diversos aforismos de estética poética, el autor define la sabiduría práctica, da consejo a los gobernantes, e incluso parece adentrarse en los misterios alquímicos que confieren la inmortalidad. Por tanto vemos como la obra puede enmarcarse en géneros tan diversos como son el de la literatura filosófica (para algunos metafísica), la didáctica-sapiencial o incluso la alquímica/recetaria.

Desde su aspecto conceptual, el Dao De Jing es punto de partida y uno de los pilares en los que se asienta el movimiento taoísta, entendido en su vertiente filosófica y mística. La obra girará en torno al concepto del Dao (道), motivo que como comprobamos en el confucianismo, no es exclusivo del taoísmo. El por qué es ahora cuando da nombre a todo un movimiento es consecuencia de su nueva dimensión, motivo al que volveremos más adelante. El sentido completo lo dará el hecho de que complementa al confucianismo: el taoísmo ofrecerá refugio a quienes no han podido triunfar en el sistema derivado de las enseñanzas del Maestro Kong.

El movimiento taoísta, que se generará después, se basará en dos principios fundamentales: el primero de ellos, como hemos referido más arriba, será el Dao: si bien éste había estado siempre presente en la mente del chino antiguo es ahora cuando se alza como principio supremo de toda realidad, de ahí que brinde el nombre al movimiento. En el Dao De Jing, este principio no puede ser expresado (Cap. 1), carece de nombre (Cap. 32, 41),[1] es invisible, inaudible, intangible (Cap. 14), inmutable y origen de la multiplicidad (Cap. 21). Precede al Cielo y Tierra, es silencioso, ilimitado, y dotado de un movimiento cíclico continuo (Cap. 25): primigenio (Cap. 42), el ancestro de todos los Seres (Cap. 4). En este punto se observa un interesante paralelismo con la noción del Arkhé -arjé- griego, principio supremo unificador de los fenómenos y que está en la base de todas las transformaciones de las cosas: principio constituyente junto a la physis de los dos conceptos principales utilizados por los presocráticos en sus especulaciones metafísicas[2] . Para Laozi, el Dao es un vacío (Cap. 11), un no-ser (wu, 无) del que surge lo que es (you 有).

Por la Vía del Cielo: sin porfiar se es buen vencedor;

sin palabras se tiene buena respuesta; sin llamamiento se acude por uno mismo;

serenidad mas así buena táctica. (Cap. 73)

El segundo elemento, ligado intrínsecamente al primero es el DE, la virtud, el poder del Dao, por tanto su complemento. El Dao es inmutable, pero en la realidad existe el cambio, todos los seres interactúan (Cap.16), es el concepto de retorno. Tal circunstancia es posible porque exteriormente actúa mediante el DE, su principio de movimiento. Las virtudes confucianas de humanidad o equidad son tratadas de falsas (Cap.18), solo aparecen cuando nos alejamos del Dao (Cap. 38): ambas son "perros de paja" (Cap. 5):[3] el fin del taoísmo es el saber actuar. Aquí nace uno de los conceptos clave del dao: wu wei. Los sabios creen saber cómo actuar, pero el taoísta se define por el no-actuar (Cap.2), el wuwei (无为).

Wuwei se entiende no como una impasibilidad ante los acontecimientos sino como una sumisión a los mismos: dado que existe el movimiento, dado que todos los seres se transforman (Cap. 37), la opción del sabio pasa por la observación y la contemplación; un actuar de manera connatural a los seres (un no-actuar) para adaptarse sin sufrir daño.

El hombre Culto, sin acción realiza. (Cap. 47)

Tal como define Antonio Medrano, es la forma más pura de actividad, totalmente desinteresada que se efectúa en consonancia con el pulso del Dao. De aquí parece desprenderse lo aparentemente inútil de un gobierno (Cap. 10). No obstante, la idea subyacente es la de que éste debe existir ya que el pueblo tiende a alejarse del Dao (Cap. 53), pero no debe ser percibido. Los gobernados han de llegar a afirmar de que los acontecimientos surgen de manera natural: de que son lo que son por ellos mismos. Y ésa es la esencia misma de wuwei: cuando no se fuerza (Cap. 29, 30), las cosas se enderezan por sí mismas: esto es ZIRAN (自然) (Cap. 17).

Practicar la no-acción, y así nada queda sin regir. (Cap.3)

El pueblo sin mandato (forzado) es ecuánime por sí mismo (Cap. 32), esto es la Evidencia Sutil: flexibilidad y delicadeza vencen a rigidez y dureza (Cap. 36). Es el gobierno de la no-acción: prohibiciones, instrumentos de lucro, revueltas… conllevan el alejamiento del camino (Cap.39, 57, 74, 75).

Por esto, el Hombre Culto dice: yo, "no-acción", y el pueblo por si mismo se transforma. (Cap. 57)

El hombre sabio, si aspira al Dao, debe alcanzar la espontaneidad que brinda ZIRAN; llegar a un estado en que su propia persona quede reservada (Cap. 7, 66), es pues obrar sin esperar recompensa (Cap. 77): la VIRTUD PROFUNDA (Cap. 10); se anula a sí mismo (Cap. 22). La CONCORDIA CELESTIAL; la culminación (Cap. 68).

El que ansía no erige,

el que tranquea no camina el que se exhibe no resplandece, el que se acredita a sí mismo no se esclarece, el que se afana por sí mismo carece de mérito,

el que es obstinado no acrecienta. (Cap.24)

El Laozi define al sabio como sagaz, alerto, respetable, deleznable, sencillo, amplio… (Cap. 15). Pese a las dificultades, llegará a su meta sin dificultad alguna (Cap. 63). No se virará hacia el poder, no presumirá, alejará toda arrogancia, no requerirá nada más allá de las consecuencias (Cap. 30, 72). A través del concepto de wuwei, nunca fracasa (Cap. 64). El hidalgo aborrece la milicia ya que en la victoria no hay belleza: la matanza del semejante implica el llanto de las aflicciones (Cap. 31, 69) En su camino debe observar la simplicidad, abrazar la sencillez, perder el egoísmo y reducir el deseo (Cap. 19) aunque desee no desear (Cap. 64). Esto último cobra una mayor importancia en pasajes posteriores:[4]

No existe mayor delito que el poder del deseo,

no existe mayor calamidad que no conocer la saciedad,

no existe mayor vicio que la ambición. (Cap. 46)

Parece desprenderse aquí un símil a una de las dos célebres máximas inscritas en el santuario de Apolo en Delfos: NADA EN DEMASÍA:

El que conoce lo que es suficiente es rico. (Cap. 33)

Allá donde encontremos referencias sapienciales para el buen gobierno, podemos inferir referencias para la propia vida personal. El cultivo del cuerpo es otro de los aspectos fundamentales del Dao De Jing: El cuidado personal tiene como fin alargar la vida, la ausencia de enfermedad (Cap. 71), la inmortalidad: ingrediente fundamental del taoísmo religioso posterior;[5] algo, que de paso, no es exclusivo de esta religión sino de todas las capas de la sociedad china desde la Antigüedad a nuestros días (Sirvin, 1995, cap. VI, pág. 319). En el texto, sin embargo, no parece que haya una opinión clara al respecto pues por un lado parece característica intrínseca del sabio (Cap. 3, 50) y por otra parece criticar todo intento de alargar la vida (Cap. 55).[6]

Estos pueden ser sintéticamente los rasgos que definen el Dao De Jing, punto de arranque de uno de los movimientos más poderosos en el colectivo chino desde su origen, capaz incluso de sobrevivir a la terrible Revolución Cultural de 1960. El legado a través de premisas y doctrinas del texto de Lao Zi, más sus comentariastas y compiladores posteriores, no se circunscriben únicamente a los que serán llamados taoístas sino que impregna el alma del pueblo chino al igual que el aceite penetra en las piedras; igual que el agua basándose en su debilidad se hace fuerte.

El agua beneficia a todo sin competir, ocupando los lugares que la multitud desprecia. (Cap. 8)
"Bajo el Cielo" nada supera al agua en flexibilidad y debilidad, pero atacando a la rígida dureza nada como ella puede vencer. (Cap. 78)

Bibliografía [editar]

Fuentes primarias [editar]

Fuentes secundarias [editar]

  • Lao Zi (1963). El libro del camino y de la virtud. Traducido por Eduardo Vivancos, vía una traducción al esperanto con comentarios por Taiji Yamaga. México: Editorial Tierra y libertad.

Notas [editar]

  1. Como refiere el Laozi, "iniciada la determinación, tiene nombre" (Cap. 32), por tanto lo indefinido no puede ser expresado pues tampoco puede ser pensado.
  2. Guthrie, W. K. C. A History of Greek Philosophy, 5 vols. Cambrige Univ. Press, 1962-78; tr. en Gredos, Madrid.
  3. Esta expresión como comenta Samuel Lapaz, proviene del ritual funerario. Allí estos muñecos se quemaban una vez atraídas las influencias nefastas para las que fueron concebidos. Posiblemente sustituyen a lo que fueron sacrificios de seres vivos en el pasado. Samuel Lapaz, Dao de Jing. Laozi. Shinden Aixa ediciones. Barcelona, 2001, pág. 26.
  4. Así mismo será uno de los puntos en que hará hincapié el comentarista del Laozi, Heshang Gong, junto la práctica de una alimentación frugal y un dominio de la respiración.
  5. Sobre estas prácticas, la sinóloga del Merton Collage de Oxford, Jessica Rawson, nos indica como los chinos pasaron incluso por la ingesta de mercurio o jade, elementos que para el chino antiguo llevaban asociados la idea de inmortalidad. Más tarde parece que se giró hacia el aspecto metafórico donde el cultivo del cuerpo convertía al individuo en mejor persona y de ahí, era su memoria la que se hacía inmortal. Jessica Rawson, Lost Treasures of the Ancient World: China, Cromwell Productions, 2000.
  6. Zhuang Zhou habla de cómo tampoco hay que tratar de acortar el tiempo que nos ha sido dado con trabajos peligrosos como lo fue en su época el de funcionario. Zhuang Zhou. Versión castellana de Alex Ferrara a través de la traducción inglesa de Burton Watson. Cap VIII.

Entrada de Gabriel Zanotti

Cito la nota que publicó recientemente Gabriel en su bitácora, bajo el título Haz el comercio y no la guerra.
Interesante pluma, y los comentarios que despertó.
Por eso la traigo a nuestro lugar, precisamente para hacer del mundo un lugar mas habitable.

Nadie tiene un trozo de tierra asignado desde el comienzo de la creación. Lo que Dios nos dio fue, si, la razón, para darnos cuenta de las ventajas de la división del trabajo, la propiedad, el libre comercio, el libre intercambio y movilidad de personas y capitales, el respeto a los contratos y la libertad religiosa.

¿Qué importancia tienen entonces las fronteras? ¿De qué mandato divino ha venido que eres de tal o cual nación? De ninguno. Sólo pueden servir como útiles divisiones del trabajo, administrativas, sobre bienes públicos. Nada más.

¿Qué importa entonces si eres palestino o israelí? Tira las armas y comercia. Intercambien libremente sus bienes y servicios, respeten su libertad religiosa, y no importará en absoluto lo demás. ¿Por qué te matas? ¿Porque la tierra era tuya o del otro? No era de nadie. La propiedad es una invención del ingenio humano, útil para economizar los recursos, y que no haya hambrientos, desocupados o sedientos. No es poca cosa. No mates más. Tira las armas, no rebusques en el pasado, acepta, por un sencillo razonamiento práctico, la distribución de recursos desde hoy, punto cero, y sigue de allí en adelante, en paz, en libre comercio. No enseñes más a tus hijos el odio, la venganza, no les digas más que aquellos mataron a éstos o estos otros. Enséñales a comerciar, a respetar los contratos, a invertir y a respetar la religión del otro. No tendrás un paraíso, pero tampoco el infierno en la Tierra que has construido en nombre de Dios.

¿Qué es lo utópico de lo anterior? No el comercio, precisamente. Mi llamado es más realista que los llamamientos a la paz sin denunciar, al mismo tiempo, al sistema que la destruye.

Lo que hay que tener en cuenta es el corazón humano. Tenemos "razón", si, para advertir las ventajas del comercio, pero después del pecado original, Caín y Abel parecen destinados a la mutua destrucción. Vino Cristo, sí, a redimirnos del pecado, pero su reino no es de este mundo. Este "pero" no es una mala noticia, al contrario. Por eso el reino de Dios no es ninguna (reitero: ninguna) de las naciones de este mundo. Sobre ellas, sólo nos queda seguir rezando: "Mirad, las naciones son gotas de un cubo
y valen lo que el polvillo de balanza.
Mirad, las islas pesan lo que un grano,
el Líbano no basta para leña,
sus fieras no bastan para el holocausto.
En su presencia, las naciones todas,
como si no existieran,
son ante él como nada y vacío" (Is 40, 10-17). Y también: "De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas,
no alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra" (Is 2, 2-5).