viernes, 27 de febrero de 2009

Acercandonos al año de la partida de Chiara

El 14 de marzo se cumplirá un año de la partida de la fundadora del movimiento de los focolares, Chiara Lubich.
Creo quien mejor la homenajeó durante la misa celebrada en la Catedral Metropolitana de Bs.As., fué el islamita Omar Abboud.

Omar al recordarla nos decía:

- "Y no digáis que quienes se esforzaron en el camino de Dios, están muertos. Ciertamente viven, pero vosotros no los véis".

Tiene razón.

Entrada de Daniel Paz

El genial dibujante resume gran parte del bolonki surgido un mes atrás, y lo publicó en su bitácora de webujos.

Hombre agudo este Daniel, y brinda Paz con su obra.

No tengo banderas (prefiero no dar consejos)

Tu Cristo es judío,
tu escritura es latina,
tus números son árabes,
tu democracia es griega,
tu equipo de música es japonés,
tu pelota es de made in Corea,
tu play station es de Hong Kong,
tu camisa de Tailandia,
tus ídolos futboleros son brasileros,
tu reloj es suizo,
y tu pizza es italiana

¿Y todavía mirás al trabajador inmigrante como un despreciable extranjero?

BARUCH TENEMBAUM

BARUCH TENEMBAUM (nacido en 1933)
"Es un acuerdo que se basa en el respeto, el conocimiento y la comprensión de nuestro derecho a ser diferentes del otro."
Baruch Tenembaum nació en Santa Fe, Argentina, un lugar que recibió a los inmigrantes judíos que escapaban de la violencia de los pogromos rusos hacia fines del siglo XIX. Hijo de gauchos judíos, ingresó a la academia para enseñar hebreo, idish, literatura idish, las escrituras hebreas y filosofía. También se convirtió en un hombre de negocios, al establecer la Oficina de Turismo Israelí en Buenos Aires.

Una de las obsesiones centrales de Tenembaum ha sido la relación entre judíos y cristianos, especialmente aquella entre los judíos y la Iglesia Católica. Utilizó su posición de agente de viajes para organizar un viaje a Tierra Santa para un grupo de sacerdotes. Además de ese viaje, trabajó con sus amigos del clero católico y otros hombres de negocios para establecer la Casa Argentina en Jerusalén, institución que hospedó a católicos y judíos, brindándoles así la oportunidad de reunirse, convivir y aprender uno del otro. Tiempo después decidió dejar a un lado su trabajo con los sacerdotes y abocarse a los preparativos para invitar al papa a visitar Israel.

Durante una visita al Vaticano en 1965, Tenembaum personalmente invitó al papa Paulo VI a visitar Jerusalén, éste fue el primer viaje de un papa a tierra santa.


Fue Tenembaum quien promovió la idea de establecer monumentos interreligiosos. Su primer proyecto importante fue la realización de un fresco en la principal iglesia de Nazareth a manos de Raúl Soldi, quien terminó su trabajo en 1968 y hasta el día de hoy su obra ha sido vista por más de 10 millones de personas. También organizó la producción de un mural en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, en memoria de las víctimas del Holocausto. En abril de 1997, el mural que contiene textos religiosos judíos fue inaugurado por el Cardenal de la Argentina, Antonio Quarracino, Lech Walesa, polaco, galardonado con el Premio Nobel de la Paz y el propio Tenembaum. Una réplica del mural fue instalada en la iglesia Vatenrunser en Berlín.

La labor interreligiosa de Tenembaum terminó arriesgando su vida. Un grupo terrorista asociado con la dictadura militar argentina lo secuestró en 1976. Lo acusaban de "infectar a la Iglesia Católica con el virus del judaísmo" y de "esparcir ideas de coexistencia para destruir los principios cristianos". Cuando su esposa Perla se ofreció voluntariamente como rehén, también fue secuestrada. Finalmente, ambos fueron liberados debido en gran parte a la mediación y los esfuerzos legales realizados por un sacerdote católico: el Padre Horacio Moreno.

Después del secuestro, Tenembaum se fue de la Argentina hacia los Estados Unidos. Comenzó a buscar gentiles que habían ayudado a judíos durante el Holocausto. Con la ayuda del congresista Tom Lantos, un sobreviviente del Holocausto, creó la Fundación Internacional Raoul Wallenberg para divulgar la vida y la obra de Raoul Wallenberg.


Wallenberg era un diplomático sueco que fue enviado a Hungría para cumplir su misión. Allí salvó a alrededor de 100.000 judíos de ser deportados a los campos de la muerte. Fue tomado prisionero por el ejército ruso hacia fines de la guerra y nunca más se supo nada de él. Tenembaum estableció la Fundación Wallenberg para luchar contra la intolerancia, el racismo y la violencia y para estimular el coraje de defender a los débiles contra cualquier agresión y/o violencia. Más de 60 jefes de estado y 30 laureados con el premio Nobel son miembros activos de la Fundación Wallenberg. Una de las historias resaltadas por la fundación es la de Irena Sendler, quien también forma parte de nuestro libro "Interfaith Heroes 2".

Tenembaum ha continuado su labor con el diálogo interreligioso y la reconciliación. Considera que el miedo es el combustible que enciende la violencia religiosa. El conocer al otro le permite a la gente dejar salir sus miedos y Tenembaum cree que "este principio tan simple como básico es la base fundamental del diálogo interconfesional."

Su perspectiva sobre las relaciones y el diálogo entre las religiones no fue el encontrar el mínimo común denominador entre las diferentes creencias o simplemente tolerar a la gente que es diferente, sino que "el acuerdo no se trata de fe o de creencias teológicas. Cada uno de nosotros continuará con su fe y su fuente de inspiración. El acuerdo se basa en el respeto, el conocimiento y la comprensión de nuestro derecho a ser diferentes el uno del otro."

FUENTE: FUNDACION RAOUL WALLENBERG (http://http://www.raoulwallenberg.net/)

jueves, 26 de febrero de 2009

No se olviden de San Martín

Ayer asistimos a un grotesco espectáculo originado por la falta de madurez política; a lo que me refiero es a la no presencia del Regimiento de Granaderos en un acto donde se recoraba el natalicio del Padre de la Patria Argentina, del Libertador de América; se obvió a semejante prócer y héroe para denostar a un funcionario en particular.
¿Alguien se puso a pensar que el homenaje era a San Martín y no a un Vicepresidente? Lamentablemente no es la primera vez que el P.E.N. deshonra a Don José Francisco, también lo hizo en su momento el primer Presidente, al que honramos con la "calle más larga del mundo", negándole totalmente ayuda en su campaña libertadora y persiguiéndolo; lamentablemente cuando éramos chicos se nos mentía que San Martín volvió al país y no quiso desembarcar "porque el país estaba desunido", la realidad era que podía ser juzgado y fusilado.
Es muy interesante ver este link y ver las cartas de San Martín, no hay que olvidarse que si hoy gozamos de un país con libertades, sin discriminación es por la ideología libertadora de San Martín y Bolívar entre otros.

http://www.lagazeta.com.ar/sanmartinyrivadavia.htm

Citas esenciales

...porque la Tierra está llena de violencia, haz para ti un arca de madera de árbol resinoso.
Génesis 6: 13,14

lunes, 23 de febrero de 2009

La cuestión es el fanatismo - Julio María Sanguinetti

Lejos de una solución en Medio Oriente
La cuestión es el fanatismo
Julio María Sanguinetti
Para LA NACION

La historia es larga. Hace 60 años, en 1948, las Naciones Unidas, aun bajo el impacto de la Segunda Guerra Mundial y del horror del Holocausto, vivieron el milagro de que los Estados Unidos y la Unión Soviética coincidieran en resolver la cuestión judía por medio de la creación de un Estado en el viejo hogar territorial de sus ancestros.

En la misma resolución se configuraba un Estado árabe, para reunir a los habitantes de ese origen en la vieja Palestina. Se terminaba, de esa manera, el mandato británico sobre la región y nacían dos Estados independientes. Jerusalén, la mítica ciudad, quedaba dividida en dos partes.

Desgraciadamente, los Estados árabes no aceptaron la existencia de Israel, y desde el primer día comenzaron la guerra.

El naciente Estado judío, por entonces débil en lo militar y pobre económicamente, sobrevivió con la conducción profética de Ben Gurión y a partir de allí, ladrillo tras ladrillo, construyó un país próspero y también la única democracia de la región. Se trata de una sociedad pluralista en la que conviven, en el Parlamento, judíos agnósticos, judíos ortodoxos, árabes, drusos...

Desgraciadamente, Israel no ha tenido, desde aquellos lejanos días, ni siquiera una noche de sosiego. Seis guerras convencionales y dos "guerras santas" (intifadas) marcan una situación bélica apenas interrumpida por intervalos de tregua y renovadas aspiraciones de paz.

El tiempo no ha pasado en vano para Israel, pero tampoco para otros países árabes, como Egipto, Jordania y Arabia Saudita, otrora enemigos y hoy países vecinos con los que, de manera oficial o tácitamente, se ha pactado la paz.

Desgraciadamente, en el resto, en los últimos años ha predominado una ola de fundamentalismo religioso que es oficial en Irán, aceptada en Siria y diseminada por todo el mundo musulmán, con una siembra de odio contra Occidente y sus valores de la que los atentados del 11 de septiembre de 2001, en Nueva York, y el 11 de marzo de 2004, Madrid, son expresión más que elocuente.

Como es obvio, ese fundamentalismo, que emplea el terrorismo como método, con un total desprecio de la vida humana, la de los propios y las de los ajenos, mantiene la desaparición de Israel en la condición de objetivo de honor. Y allí permanece el núcleo del conflicto.

Mientras en los templos y las escuelas se cultive el odio al pueblo judío, no habrá paz verdadera. Hace ya muchos años, cuando aún no teníamos a los ayatolás gobernando Estados nacionales, Golda Meir dijo que sólo tendrían paz con los árabes cuando ellos quisieran a sus hijos más que lo que odian a los judíos.

Todo lo demás es una consecuencia de esta situación. En estos mismos días, en los que alentamos, por lo menos, una tregua duradera, ¿cómo se puede instalar un diálogo cuando una de las partes sostiene la desaparición de la otra?

A partir de allí, en cada caso, siempre podremos discutir quién tuvo mayor responsabilidad, quién inició las hostilidades en cada ocasión, quién es más intransigente.

La cuestión es que al que pacta del lado musulmán se le opone, invariablemente, una contestación más radical, engendrada en las escuelas de fanatismo. Pensemos en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), organización terrorista conducida por Yasser Arafat, que terminó, muchos años más tarde, como fuerza apaciguadora y perdió su peso político. ¿Qué le pasó últimamente al movimiento Al Fatah? Intentó acordar la paz con los israelíes y les salieron al cruce Hezbollah y Hamas.

En eso estamos y seguiremos. Esta afirmación podría parecer desalentadora y paralizante, y hasta podría ser desmentida por avances como los alcanzados en algunas naciones árabes como las mencionadas. El tema es que sus gobiernos no son fundamentalistas y viven en zozobra constante con esas quintas columnas internas que, constantemente, intentan desestabilizarlos.

En el otro extremo, Irán preconiza urbi et orbi la desaparición de Israel y provee de armas a los extremistas que pululan en todo el mundo árabe y que están formados en la idea de que la propia muerte es la gloria de Alá y que Occidente, en su conjunto, representa los disvalores que se deben erradicar de la faz de la Tierra.

Naturalmente, no hay que desechar ningún camino hacia la paz. Hay que insistir e insistir. Pero sin perder nunca de vista la raíz del problema.

No falta sustento al razonamiento de que una invasión como la israelí a Gaza, circunstancialmente, estimula los radicalismos. Es la perversa lógica en la que nos introduce el fanatismo, que obliga a Israel a hacer lo que no quiere.

Hace cuatro años, Israel devolvió ese territorio a cambio de una tregua que esperaba que fuera duradera. ¿Cuál otra podría ser la lógica? Esa es la verdadera cuestión. Se ha visto ya que el diálogo es inviable o muy frágil. La vía más serena sería continuar esperando, con el riesgo obvio de que el movimiento terrorista continúe en su acción de disparar misiles y logre instalar los de largo alcance, provistos por Irán.

Si sucediera esto, se impondría en la región algo todavía mucho más penoso: una guerra generalizada, con más muertos y más sangre.

Siempre es terrible ver los resultados de una acción militar, y allí están los grabados de Goya para inmortalizar el dolor. Pero está fuera de la realidad quien no admite que son los fanáticos los que producen el sacrificio de la población civil, incluidos los niños, porque esa es su estrategia.

Se vio claramente en el Líbano y se advirtió también ahora en Gaza. Es más: el Estado de Israel montó un sistema inédito para advertir del objetivo de un ataque y dar tiempo para que salieran las posibles víctimas. Lejos de tener respuesta, los fundamentalistas convocan a más gente para llevarla a la muerte. Eso también se ha visto en televisión y sacude cualquier sensibilidad.

Somos de los que creemos en un Estado palestino independiente, con la misma convicción con que afirmamos el derecho de Israel a preservar la seguridad de sus ciudadanos. Y también valoramos sobremanera el esfuerzo de países como Egipto. Me consta personalmente la visión del presidente Mubarak al respecto. Pero mientras haya gobiernos como el actual en Irán y escuelas para mantener el odio, cualquier esfuerzo será pasajero. Israel podrá acertar o errar; conquistar o devolver tierras. Se ha demostrado que da lo mismo para los extremistas. A ellos no les alcanza siquiera el nacimiento de un Estado palestino, como pudo ser verdad hace 60 años. Lo que los mueve es el rencor a Israel desde una visión retrógrada, autoritaria, esclavizadora de la mujer, fanática en todas las dimensiones de su irracionalidad. Nuestro deber de occidentales y demócratas será siempre defender la libertad y procurar la paz, sabiendo que la verdadera estabilidad no saldrá de los convenios, sino de las aulas, los textos y los sermones. Sólo el día que realmente se predique el amor y se rescate del Corán el espíritu que permitió la convivencia en la Toledo medieval, sólo ese día, los convenios y tratados, las treguas y los armisticios podrán ser algo más que letra y pasajeros alivios. Bien lo sabe Occidente, al que tanto le costó salir de la Inquisición y de las cazas de brujas.

El autor fue dos veces presidente de la República Oriental del Uruguay.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Entrevista al director de L'Osservatore Romano

Columna de Elisabetta Piqué publicada el 11.2.2009 en La Nación, bajo el título "El Papa no es enemigo del pueblo judío"

ROMA.- Giovanni Maria Vian, director del diario L´ Osservatore Romano desde octubre de 2007, admite que la tormenta por el levantamiento de la excomunión al obispo ultraconservador Richard Williamson, negador del Holocausto, le ha hecho un gran daño a toda la Iglesia Católica. Pero está convencido de que, como sucedió con la crisis de Ratisbona -cuando el Papa, en un discurso académico, relacionó el islam con la violencia-, el "huracán Williamson", a la larga, también tendrá un efecto positivo.

"Yo creo que este episodio obligará a los tradicionalistas a enfrentarse con el problema del antisemitismo. Este Papa no es enemigo de los judíos. Al contrario: es el que más pasos ha dado para acercarse a ellos", dice Vian en una entrevista con LA NACION.

De 56 años, periodista, profesor de filología de literatura cristiana antigua en la prestigiosa Universidad La Sapienza, de Roma, y miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, desde que asumió la dirección del llamado "diario del Papa", Vian revolucionó L´ Osservatore Romano . Con una nueva diagramación, fotos en color, la incorporación de la primera mujer en su Redacción y la inclusión de firmas judías y musulmanas, modernizó tanto la forma como el contenido de uno de los diarios más famosos y citados del mundo, que es también uno de los más finitos (tiene sólo entre 8 y 12 páginas).

"El Papa quiere hacer de su diario, que tiene una función de documentación y difusión de sus enseñanzas, un sitio de discusión, de debate, sobre todo cultural, con apertura también a los no católicos", explicó Vian.

-¿Qué pasó con el caso Williamson?

-Hubo un malentendido, porque la intención del Papa era continuar en la línea del Concilio Vaticano II. El Papa ha preferido la medicina de la misericordia para los obispos excomulgados en 1988, en un intento extremo de cerrar el cisma. Como escribí en un editorial, se trató de un gesto de Benedicto XVI que le hubiera gustado a Juan XXIII y a sus sucesores. ¿Y qué mejor ocasión que hacerlo que a los 50 años del anuncio del Concilio?

-Hubo críticas al entorno del Papa, a la Curia, a algún mecanismo de la maquinaria vaticana, que no ha funcionado...

-Yo puedo hablar por el Osservatore Romano , donde todo ha funcionado a la perfección. Nosotros enseguida, el sábado 24 mismo, día en que se hizo público el decreto que levantó la excomunión, dimos el enfoque que acabo de describir, con la añadidura final de que las declaraciones y actitudes antisemitas inaceptables, de personas que el Osservatore Romano nunca había nombrado, no podrían oscurecer la intención del Papa.

-¿El Osservatore Romano nunca ha mencionado a Williamson?

-No, no he querido publicar el nombre de este señor.

-¿Por qué?

-Porque no considero que sea relevante. Representa a una minoría que tiene pensamientos y actitudes muy lamentables. Yo creo que el caso Williamson ha sido una ocasión para dar nueva fuerza a la oposición al Papa y a su gobierno. Ahora todo el mundo está diciendo que aquí no se gobierna.

-¿Se imaginó semejante tormenta?

-Quizá no de estas proporciones. Además, por las noticias que tengo, es una tormenta muy importante, sobre todo, en Alemania...

-Dicen que con todo este escándalo el Papa irá, seguramente, a Israel, en mayo.

-No puedo comentar un viaje que no está oficialmente confirmado. Pero lo que sí puedo decir es que este papa no es enemigo del judaísmo, sino que es el papa que más está dando paso al acercamiento con los judíos. ¡Pero hay alguien que quiere parar esto! No sé dónde, pero hay. Es como el viaje a Israel: hay gente que no lo quiere, porque va a ser un viaje de paz, y este viaje de paz va a fastidiar, está fastidiando...

-Pero lo de Williamson les hizo mucho daño a la Iglesia y al Papa...

-Indudablemente, a toda la Iglesia Católica. Pero hay una frase del Evangelio que dice que hace falta que estallen los escándalos. Y con esto quiero decir que el caso puede ser positivo.

-¿Como algunos creen que, en cierto sentido, lo fue lo de Ratisbona?

-Exactamente. Ayer tuve un encuentro con todos los cardenales franceses de la Curia y se habló de Ratisbona, y yo creo que este episodio obligará a los tradicionalistas a enfrentarse con el problema del antisemitismo, no solamente al negacionismo, que es una enormidad, algo impensable, porque es negar la verdad histórica. Nuestra columnista judía, Anna Foa, está en contra de que se ponga en la cárcel a los negacionistas, y yo comparto su opinión. Pero en el diario ella ha escrito rotundamente que es una falsedad movida por el antisemitismo, y yo también comparto esa opinión.

-¿Qué cree que sucederá con Williamson? Finalmente, ¿se retractará?

-No lo sé, no tengo idea. Son grupos reducidos, con tendencias sectarias. Otro detalle: Williamson también niega el 11 de Septiembre: considera que han sido los norteamericanos. Y es una opinión que está mucho más difundida de lo que se piensa. Anna Foa escribió que el negacionismo va unido muchas veces a actitudes antinorteamericanas y antiisraelíes.

-¿Qué piensa de la crisis de Ratisbona? ¿Fue un error del Papa relacionar el islam con la violencia?

-El de Ratisbona era un discurso nada fácil. Yo creo que estaba más dirigido a Occidente que al mundo islámico. Lo que ocurrió es que las agencias de prensa enfatizaron mucho, porque las noticias hay que venderlas y, cuanto más contundentes son, más se venden.

-Pero el error quizá fue que ni el Papa ni sus colaboradores fueron capaces de prever el revuelo que esa frase iba a desencadenar?

-Yo creo que hubo manipulación, lo que obligó a aclarar la postura de la Santa Sede, pero no a cambiar nada. El Papa no se retractó en ningún momento de sus palabras, porque en su discurso en lo que insistía era en algo evidente: que hay que rechazar el uso violento de cualquier religión. Y eso ha suscitado un debate muy positivo en el mundo islámico. El problema del discurso de Ratisbona es que ha sido utilizado. Pero los frutos son buenos, excelentes, impensados. Las relaciones entre la Santa Sede y el mundo musulmán no sólo no se han interrumpido, sino que se han incrementado. En el Osservatore Romano , por ejemplo, han escrito por primera vez musulmanes.

-Los expertos dicen que hubo un cambio importante con Benedicto XVI respecto de Juan Pablo II, y es que ya no se habla de diálogo interreligioso, sino intercultural.

-Sí. Es un cambio importante. Benedicto XVI quiere llegar a una confrontación real, seria. Discutir de teología, hasta cierto punto, se puede, pero llegados a un límite, no se avanza. El monoteísmo islámico, por ejemplo, es incompatible con el monoteísmo cristiano. Pero sí se puede profundizar el diálogo y llevarlo adelante si se habla de lo que esto significa para la convivencia: derechos humanos, la mujer, libertad religiosa? Plantearlo así significa que se quiere ir más adelante. El diálogo cultural es más importante, más urgente y más susceptible de desarrollos positivos que el diálogo teológico y religioso. Es un paso adelante, no un paso atrás. Otra cosa es el diálogo ecuménico y la relación con el judaísmo, porque sin el judaísmo el cristianismo sería incomprensible. La relación con el judaísmo es imprescindible para los cristianos. Y, en ese sentido, el teólogo Ratzinger, primero, y ahora Benedicto XVI, han dado pasos inimaginables.

-Como periodista, ¿cómo valora la imagen mediática de Benedicto XVI?

-Siempre se ha promovido en los medios de comunicación una imagen de Ratzinger como hombre conservador, especialmente desde que, a fines de 1981, fue llamado por Juan Pablo II a Roma desde Alemania, donde era arzobispo de Munich, para dirigir el Santo Oficio. A Ratzinger se le ha aplicado la etiqueta de gran inquisidor, y cuando esa etiqueta comienza a despegarse hay quien se encarga de añadirle más cola. Y no se rinde justicia a Ratzinger presentándolo de esta manera.

-¿Qué piensa de lo que ha sucedido con Eluana, un caso que dividió mucho a los italianos?

-He escrito un editorial sobre esto, diciendo que ha sido una muerte terrible. Hice la comparación con la muerte de Terry Schiavo. Ha dividido mucho al país, como pasó en Estados Unidos. Pero ahora es el momento de la oración, para los que son religiosos, y de la reflexión, para todos. Dado que el problema de la muerte y de la vida nos concierne a todos, sería fundamental que todos volvieran a la calma y al equilibrio, intentando encontrar soluciones compartidas.

-Hay quienes acusan al Vaticano de una excesiva injerencia en el asunto?

-No, esto lo niego rotundamente. La Santa Sede y la Iglesia italiana, que no son la misma cosa, tienen sus puntos de vista, que son contrarios, evidentemente, a la eutanasia. Este es un caso que se acerca mucho a la eutanasia, y lo hemos escrito el domingo, pero no quiere decir que si hay políticos que comparten estos puntos de vista estén condicionados por el Vaticano. Esto de acusar al Vaticano de injerencia es una instrumentación política...

GIOVANNI MARIA VIAN
Director del Osservatore Romano

Edad: 56 años

Tradición: Vian es laico, como todos los directores del diario vaticano, desde 1861. El periódico nunca fue dirigido por curas.

Instrucciones: cuando fue nombrado, el 29 de septiembre de 2007, recibió una carta del Papa y de su secretario de Estado, Tarcisio Bertone, con la línea que debía seguir.

Dibujitos: es un fanático de Tintín , la famosa historieta del belga Hergé. En su oficina, tiene pósteres, tarjetas y muñecos del personaje.


Letrán y el feriado del Vaticano

Los Pactos de Letrán fueron firmados el 11 de febrero de 1929.
Proporcionaron el reconocimiento mutuo entre el (por aquel entonces)
Reino de Italia y la Santa Sede. Fueron negociados entre el Cardenal y
Secretario de Estado Pietro Gasparri en nombre de la Santa Sede y
Benito Mussolini, en nombre del rey Víctor Manuel III.

Existen tres pactos diferentes:

Un pacto que reconoce la independencia y soberanía de la Santa Sede y
que crea el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Un concordato que define las relaciones civiles y religiosas entre el
gobierno y la iglesia en Italia, que se resume en el lema "Iglesia
libre en Estado libre".
Una convención financiera que proporciona a la Santa Sede una
compensación por sus pérdidas en 1870.

A través del concordato, el Papa acordó enviar a los candidatos para
el obispado y el arzobispado al gobierno de Italia, requerir a los
obispos que jurasen lealtad al Estado de Italia antes de tomar el
cargo y prohibir al clero tomar parte en la política.
Italia acordó acomodar las leyes sobre el matrimonio y el divorcio a
las reglas de la Iglesia Católica Romana y declarar a los miembros del
clero exentos de tomar parte en el servicio militar obligatorio.
Estos pactos garantizaron a la Iglesia Católica Romana el estatus de
iglesia oficial del estado de Italia, así como un poder sustancial en
el sistema educativo italiano.

Por eso, el día de hoy no es laborable en el Vaticano.

martes, 10 de febrero de 2009

Más detalles sobre la vida de León Klenicki

Jorge Rouillon aporta datos sobre la vida de León.
Columna publicada el 2 de febrero de 2009 en La Nación.

En momentos en que algunas situaciones podrían tensar relaciones o provocar equívocos entre miembros de las comunidades judía y católica, en un contexto internacional complicado, el fallecimiento del rabino argentino León Klenicki trae al primer plano el valor del diálogo respetuoso y fraterno entre hebreos y cristianos, del cual fue un consecuente promotor a lo largo de su vida.

Sobre la relación interreligiosa católica-judía, Klenicki pensaba que "estamos en un momento de la historia que necesita el testimonio conjunto de Dios en un mundo donde el mal parece ser una realidad normal". Hace sólo dos meses, un texto suyo y del teólogo católico Eugene Fischer, De la noche a la esperanza, reflexiones litúrgicas sobre el Holocausto, se leyó en la Catedral de Buenos Aires a los 70 años de la trágica Noche de los Cristales Rotos, que desató la persecución de los judíos en la Alemania nazi, en la que él marcaba el "totalitarismo pagano".

Cada año se realiza en la B´nai B´rith de la Argentina una celebración de la Pascua judía, preparada por Klenicki con afán didáctico para ser entendida por los cristianos, que se editó en 1984 con una presentación del obispo Antonio Quarracino, que presidía el Consejo Episcopal Latinoamericano. Klenicki compartió, en distintos actos, mesas con Quarracino o con el entonces obispo de Morón, Justo Laguna, en las que comentaba sonriendo que, cuando viniera el Mesías que esperan tanto judíos como cristianos, podríamos preguntarle si se trataba de su primera o de su segunda venida.

Nacido en Buenos Aires, tras estudiar en la UBA, se ordenó rabino en Cincinatti, en cuya Universidad se licenció en filosofía con una tesis que ya marcaba en él una honda vocación: Un análisis del lenguaje místico de San Juan de la Cruz.

En 1968 expuso en Bogotá en el primer encuentro latinoamericano de judíos y católicos. En 1969 fue en Buenos Aires líder espiritual de la Congregación Emanuel, sinagoga pionera del judaísmo reformista en América latina. Y desde 1973 actuó en relaciones interconfesionales en la Liga Antidifamación, en Nueva York. Dio cursos en un seminario católico, en la Seton Hall University, en la Universidad Austral.

Klenicki trató y apreció a Juan Pablo II. En 1987 introdujo una edición de sus mensajes sobre el judaísmo entre 1979 y 1987, con el título de "De la desconfianza histórica al reconocimiento mutuo". Poco después de asumir Benedicto XVI, Klenicki estuvo con él. "Lo conocía de antes y me reconoció con una sonrisa", transmitió el rabino, quien puso énfasis en la visión teológica más que en la historia o la política. La buena relación no le impedía ser firme cuando no acordaba con algún planteo. Hablaba siempre de teshuvá, como arrepentimiento y reparación, y de metanoia , como un volverse todos hacia Dios.


LAICONVOCADOS: Un doble desastre en el Vaticano: de gobierno y de comunicación

LAICONVOCADOS: Un doble desastre en el Vaticano: de gobierno y de comunicación

Interesante y completa mirada, esta que publican en la "bitácora vecina".
Creemos necesario compartir visiones, ya que no podemos creernos dueños de la verdad.
Por eso mesmo, invitamos a los Ecuménicos a darse una vuelta por Laiconvocados, y si hallamos otras perlitas, las socializaremos!

Los (sugestivos) criterios de noticiabilidad II

Ayer estaba enterado del tema de esta excomunión, que para mí es una noticia más que secundaria, hasta diría sin importancia alguna; no podía creer que se haya puesto como la más importante, ¿No hay ningún problema en el mundo más grave que un pusilánime energúmeno que tiene en el país menos seguidores que un equipo de la D?
¿No es mucho más grave para la comunidad judía que exista un jefe de Estado, muy amigo de líderes latinoamericanos y de sectores retrógados de la izquierda vernácula, que niega en forma constante la Shoá?
¿No es peor para el pueblo judío que se defenestre constantemente a Israel y se dude de su derecho a existir?
Nunca me voy a olvidar de una primera plana que hablaba sobre el "Auge de ventas en los Shoppings por Navidad", pos eso en muchos casos son los medios quienes deciden que noticia es la importante.

lunes, 9 de febrero de 2009

Los (sugestivos) criterios de noticiabilidad

Comparto artículo publicado en La Nación el viernes p.pdo. (febrero 6 de 2009).
El mismo despertó gran interés en los lectores (215 comentarios y 322 respuestas). Estas cifras hablan de una atención desmedida, cercana al paroxismo. Pero el tema ha sido puesto en la palestra, un poco por la carencia de noticias propias de un febrero, y otro tanto por la pelota que dejaran servida en el área chica, presta a convertirse en un gol al alcance de la patada de cualquier patadura.

Respeto terriblemente a la corresponsal de marras, pero (creo) se suma al océano de notas que hacen leña de un árbol caído (el caso Williamson), y desconocen el gran laburo que hacen otros sectores, que intentan capear el temporal que ocasionó este infeliz hecho.

José Ignacio López destaca hoy (Honrar a Klenicki, ahondar el diálogo, en La Nación),la figura del rabino León Klenicki, que será recordado en una celebración presidida por Bergoglio en la Catedral, esta tarde a las 19 hs. 

Sólo saldremos del berenjenal mirando pa' todos los costados, y no eternizándonos en mirar hacia atrás. Cara y ceca de la moneda ...

Elisabetta Piqué
Corresponsal en Roma

ROMA.? Pese a la tormenta que se desató en los últimos días sobre el Vaticano y a la retractación pública que antayer le exigió el Papa al obispo negacionista Richard Williamson, el cardenal mexicano Javier Lozano Barragán definió ayer las declaraciones del prelado británico como una "tontería".

En una entrevista con La Nacion, en su residencia romana ?acordada para hablar sobre el caso de Eluana Englaro, la mujer italiana en coma irreversible (ver aparte)?, el purpurado y virtual ministro de Salud del gabinete de Benedicto XVI dijo que había que "redimensionar" los hechos. Relativizó el escándalo y aseguró que las "malas" opiniones del obispo ultratradicionalista, que fueron "desenterradas" por los medios con "mala leche" [sic], eran una "tontería", ningún pecado grave.

Como es sabido, en una entrevista con la televisión sueca difundida el 21 de enero, el mismo día de la firma del decreto con el que Benedicto XVI levantó la excomunión a los obispos ordenados sin autorización por el ultratradicionalista Marcel Lefebvre (fundador de la Fraternidad San Pío X) en 1988, Williamson puso en duda el Holocausto. Dijo que las cámaras de gas de los campos de concentración nazi funcionaban para desinfectar a los prisioneros, y que sólo entre 200.000 y 300.000 judíos fueron asesinados.

En contraste con el comunicado difundido anteayer por la Secretaría de Estado de la Santa Sede, el cardenal Barragán aseguró, además, que los cuatro obispos lefebvristas rehabilitados por el Papa firmaron antes un documento en el que reconocieron las enseñanzas del Concilio Vaticano II y otros puntos en discusión.

-¿Qué opina de la famosa excomunión de los lefebvristas?

-Es un tema muy espinoso. Yo tengo conocidos, no de segunda, sino de primerísima mano, que dicen que este obispo Williamson expresó esa opinión siguiendo una teoría inglesa que dice eso que dijo Williamson hace un año, en algo que quedó archivado, por decirlo así. Ahora, el papa Benedicto XVI ha hecho lo posible para que no haya un cisma. Entonces, cuatro obispos pertenecientes a esta asociación que se llama Pío X firmaron lo que era necesario firmar: el reconocimiento del Concilio Vaticano II y del rito de la misa, porque ellos solamente querían la misa del rito tridentino o el de Juan XXIII, que después la reformó un poquito, y decían que la misa como la celebramos ahora era herética, que el papa no era el papa, que los papas se habían acabado con Pío XII y todas esas cosas. Entonces, estos obispos reconocieron que todas estas posiciones estaban mal.

-¿Y eso ya lo firmaron?

-Sí, ellos firmaron y fueron reconocidos de nuevo como obispos y el Papa les levantó la excomunión. Cuando esto sucedió, desenterraron algo del obispo Williamson, que había opinado malamente hace un año y, como dicen en la Argentina, con mala leche, lo unieron con la excomunión y dijeron que Benedicto XVI la había levantado, aunque estos fueran en contra de los israelíes y no reconocieran la shoá (Holocausto). Estos fueron los hechos. Por eso, yo digo que hay que redimensionar: una cosa es que el obispo Williamson haya dicho una tontería, la dijo, ya, hace un año.

-Al parecer, la dijo muchas veces, ya que en Canadá estuvo a punto de ser procesado en 1989?

-Pero otra cosa es que por eso el Papa les haya levantado la excomunión; es como que lo ligan. Pero el Papa levanta la excomunión porque reconocen puntos básicos que obstaculizaban la comunión católica. Ahora, una persona, cualquiera de nosotros, puede decir una tontería, sí, ¿y ya por eso lo van a excomulgar? En la Iglesia sabemos que existe el pecado y decir una tontería es un pecado, pero no todos los pecados llevan a la excomunión, sino sólo los pecados más graves. Antiguamente, eran las tres aes: apostasía, asesinato y adulterio. Ahora, el Código de Derecho Canónico dice exactamente cuáles son los pecados que llevan a la excomunión, por ejemplo, el aborto consciente, y hay otros, pero son pocos. ¿Decir una tontería es un pecado? Sí, si se hace con conciencia y maldad. Pero no por eso una persona va a ser excomulgada. ¿Y por eso el Papa va a estar de acuerdo? El Papa no está de acuerdo y lo ha dicho muchisimas veces. El Papa ha reconocido la shoá. Otra cosa es que lamentemos esas destrucciones terribles que están haciendo en la Franja de Gaza, y lamentemos también que Hamas esté mandando misiles, asesinando a gente inocente. Es una situación tremenda.

-Volviendo al tema de Williamson, ¿qué pasó en la maquinaria vaticana, una de las mejores del mundo, para que hubiera semejante error? En el comunicado de la Secretaría de Estado, se dice que el Papa ignoraba las posiciones de Williamson sobre el Holocausto?

-Sí.

-Pero entonces hay algo que no funciona en la Curia o en el entorno del Papa?

-Bueno, es que nosotros no tenemos el FBI. [Risas.]

-Pero si uno va a Internet, en Google se encuentra enseguida la información sobre los antecedentes de Williamson?

-Bueno, pero le repito que una persona queda fuera de la Iglesia Católica cuando desconoce esencialmente los puntos básicos de la Iglesia Católica, no porque cometa un pecado. Un adúltero, por ejemplo, no queda fuera de la Iglesia. Un divorciado vuelto a casar no queda fuera de la Iglesia Católica, y así sucesivamente. Son pecados muy especiales, pocos, por los cuales alguien queda fuera de la Iglesia Católica.

-Pero ¿entiende la indignación de la comunidad judía?

-Sí, ¡cómo no! Recuerde que el campo de Auschwitz fue una aniquilación enorme de todos los que no fueran de la raza aria. Estuvieron muchísimos judíos, pero también católicos -ahí está el padre Maximiliano Kolbe-; estuvieron muchos gitanos, muchos latinos. Claro, era una especial animadversión contra los judíos, pero no sólo eso.

Sin contacto en la Iglesia argentina

  • El vocero de la Conferencia Episcopal, padre Jorge Oesterheld, afirmó ayer que la Iglesia en la Argentina "no mantiene absolutamente ningún contacto institucional con los seguidores de Marcel Lefebvre" y negó que miembros de ese grupo ultraconservador hubieran solicitado una audiencia con el cardenal Jorge Bergoglio, como había trascendido en algunos medios periodísticos.

miércoles, 4 de febrero de 2009

Broli recomendado

Estuve conversando con Alberto Barlocci, persona lúcida y dispuesta a compartir opiniones y buenas recomendaciones.
Como fué taxativo sobre la calidad del libro Coloquios nocturnos en Jerusalén de Carlo Martini y Georg Sporschill, obedientemente fui a la librería y me dispuse a su lectura. Para variar, la sugerencia de Alberto fué certera. Por eso, hoy la comparto con el resto de la comunidad ecuménico-bitacorera.
 
¿Más data?
 
Carlo María Martini estuvo a un tris de suceder a Karol Wojtyla en el cónclave que acabó eligiendo a Josep Ratzinger como cabeza visible de la Iglesia Católica. Se conocen perfectamente los datos de aquella votación dramática, solamente solucionada por la decisión radical del jesuita trentino de leer el paso de Dios por su vida en los efectos evidentes del Parkinson que ya comenzaba a dominarle. Prácticamente después de la reunión cardenalicia, se retiraba a Jerusalén y al Instituto Bíblico de la Compañía de Jesús en la ciudad santa, donde había sido autoridad máxima para, en palabras suyas: "prepararme para el encuentro misterioso y definitivo con mi Dios, después de haberle servido con tanta intensidad durante largos años: es el momento de entregarme a la eternidad con la mayor pureza posible".

Y en este preciso momento, la Editorial San Pablo, como regalo para todos sus posibles lectores, acaba de lanzar la traducción castellana de Coloquios nocturnos en Jerusalén, donde Martini, ya enfermo, responde a las preguntas de otro jesuita, el P. Georg Sporschill, quien le transfiere una serie de cuestiones elaboradas por jóvenes con los que el interrogante trata diariamente.

Preguntas tan elementales como determinantes para la vida de tales hombres y mujeres que desean encontrar respuesta a sus inquietudes. Unas inquietudes que son las de cualquier generación, pero con matices específicos por la extraña situación que ellos y nosotros vivimos en un mundo tan fascinante como caótico. Y el cardenal responde con una libertad desconcertante, a la vez que aprovecha para hablar de su experiencia como obispo de la Iglesia Católica y como intelectual europeo en una Europa perdida en sus propios fantasmas y que apetece renegar de sus raíces.

Bajo la luna bíblica de Jerusalén, entre estos dos hombres se establece una excelente química que obtiene como resultado algo muy sencillo de escribir y muy difícil de encontrar en la actualidad eclesial: la confesión sincerísima y del todo inteligible de quien ha sido un personaje fundamental en la reflexión religiosa y cristiana y católica en los últimos cuarenta años.

En resumen, el cardenal tan enfermo como lúcido, nos dice que los católicos dedicamos demasiado tiempo a mirarnos el ombligo en lugar de pasar a la acción evangelizadora en esta sociedad pagana en la que ya estamos hundidos, sobre todo los occidentales y desarrollados. Todo está escrito y dicho en el Vaticano II, y solamente se trata de sacar las oportunas consecuencias, tal vez en un nuevo concilio que se plantearía qué hacer como testigos de Jesucristo en esta diferente sociedad, para entrar en contacto real y objetivo con las inquietudes de las personas que nos rodean y no tan solo obsesionados con nuestras propias inquietudes.

Porque de lo contrario, carecemos de autoridad moral para censurar, para profetizar y hasta para proponer: si no respondemos a lo que nos preguntan ¿para qué estamos donde estamos? Pero Martini habla siempre con respecto infinito por la Iglesia, que es su propia Iglesia, y no menos con un afecto encendido a la humanidad y su sociedad, de la que afirma una y otra vez formar parte.

Es una delicia leer este texto ungido de inteligencia, de diagnóstico y sobre todo de un distanciamiento ya crítico admirable. No en vano, el cardenal responde desde el umbral de lo eterno. Rotas las amarras del poder, del honor y de la riqueza, las tres grandes tentaciones que Ignacio de Loyola plantea en los Ejercicios Espirituales, a los que deberíamos volver si fuéramos inteligentes y creyentes de verdad.

Este libro, en fin, breve y sencillo, en ocasiones con toques de un humor muy italiano del norte, sirve para relativizar tantas dramatizaciones como los católicos llevamos a cabo en la España actual, al intentar responder al laicismo rampante con idéntica crispación. Y al paso de sus páginas, uno comprende (y se ratifica) que hay que volver a Pablo de Tarso: proponer una y otra vez a Jesucristo como un valor histórico que todo lo abarca para quien se entrega a la experiencia radical en la fe en Él. Sin angustias en caso de ser rechazados.

Porque a estas alturas, como dice el cardenal Martini, el hombre adulto occidental, que dice estar liberado por completo de aprioris dominantes, es muy dueño de aceptar o rechazar a Jesucristo: nuestra obligación es proponerlo en respuesta a las demandas históricas, y cada uno verá desde el ámbito completamente respetable de su libertad. Con un aditamento del todo necesario: hay que trabajar para que este Jesucristo se vehicule a través de una Iglesia Católica aceptable, es decir, puesta en medio de esta hoguera encendida que es la sociedad, como quien regala y nunca como quien obliga.

Por favor, entréguense a la lectura de estos Coloquios nocturnos en Jerusalén. Respirarán el aire fresco de un futuro posible. Y ya nunca olvidarán a Carlo María Martini, cardenal de la Santa Iglesia.

(Fuente: Diario de Mallorca, 25/09/2008)

Una respuesta inteligente

Por el tema de los partidarios de Lefebvre me parece muy interesante la respuesta de Guillermo Marcó en La Nación

El diálogo y la religión
Guillermo Marco
Para LA NACION


Es importante tratar de esclarecer los temas complejos, como lo es el de la excomunión y la controversia de monseñor Lefebvre y el Vaticano.

Trataré de ilustrar quiénes son los actores en juego para intentar después analizar el fondo del problema. Marcel-François Lefebvre -nacido en Francia en 1905 y muerto en Suiza en 1991-, tras una carrera como misionero en Africa fue ordenado obispo y participó del Concilio Vaticano II; allí se enfrentó con sus compañeros en el episcopado y llegó a desobedecer al Papa por las reformas doctrinales y disciplinares introducidas en la Iglesia tras el Concilio, que a su parecer rompían con la tradición enseñada por San Pío X y Pío XII. Fundó la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, después de renunciar a su cargo de superior general de su congregación en 1968. Y, en 1971, fundó en Friburgo (Suiza), con la anuencia del obispo del lugar, una casa de formación sacerdotal.

El episcopado francés elevó un pedido para que se le hiciera cerrar el seminario y dispersar a los seminaristas, a los que prosiguió formando hasta las puertas del sacerdocio. En 1976, recibió una advertencia canónica para que no procediera a la ordenación de la primer promoción de jóvenes. Como la desoyó fue suspendido ad divinis el 22 de julio de 1976. El 29 de agosto de 1976, monseñor Lefebvre celebró la misa de Lille en la que declaró: "No se puede dialogar con los masones o con los comunistas, no se dialoga con el diablo!"

Cuando, en la reunión ecuménica de Asís de 1986, Juan Pablo II rezó junto a los líderes de otras religiones por la paz, monseñor Lefebvre, ya octogenario, confiesa que se le acaba el tiempo para nombrar un sucesor en el episcopado, tras una serie de reuniones con autoridades romanas, donde se le aseguró que el papa Juan Pablo II no se oponía, en principio, a darle un sucesor, se bosquejó un proyecto de acuerdo. Pero tan pronto como estampó su firma en el documento, el entonces cardenal Ratzinger solicitó de él una carta pidiendo perdón al Papa por la serie de conflictos que había provocado. Tras negarse a hacerlo, decide, asemás, consagrar cuatro obispos escogidos de entre miembros de su congregación: los padres Alfonso de Galarreta (hispano-argentino), Bernard Fellay (suizo), Richard Williamson (inglés) y Bernard Tissier de Mallerais (francés).

Los puntos en los que monseñor Lefebvre no transigía eran sobre todo cuatro.

1- El nuevo ritual de la misa (el Concilio Vaticano II consideró que el latín tradicional en que se celebraba el rito de San Pío V era ya una adaptación a la lengua popular, el latín se hablaba en el Imperio Romano no en Judea, Jesús celebró la misa en arameo, por lo tanto era posible traducir la liturgia a las lenguas de cada pueblo y celebrarla de cara a la gente). Los lefebristas siguen aferrados a la anterior tradición. El papa Benedicto XVI aceptó que, aunque es preferible la celebración en la propia lengua, podía hacerse también lo que por siglos estuvo permitido.

2- La apertura a otros que creen en Jesús, pero no son católicos. Lo que implica el diálogo con las iglesias separadas. El Concilio marcó una diferencia entre quienes promovieron la ruptura y aquellos que nacieron en esas iglesias y dan testimonio de Jesús. Para los lefebvristas son herejes, ya que, según ellos, fuera de la Iglesia Católica no hay salvación.

3- La libertad religiosa que presupone el diálogo y el respeto para los que creen de diferentes formas: judíos, islámicos budistas y los cultos de otros pueblos. Los tradicionalistas creen que solo la Iglesia tiene la verdad, por lo tanto, con el resto no hay nada que dialogar, hay que convertirlos porque viven en el error.

4- Que el Papa sea el primero entre sus pares, pero que los obispos, reunidos puedan expresar mejor la catolicidad en la pluralidad de culturas y situaciones. Los tradicionalistas creen en la autoridad única del Papa sobre la Iglesia. Paradójicamente, Lefebvre desobedeció la autoridad papal.

La Iglesia católica creó una comisión especial para estudiar la situación canónica de la Fraternidad San Pío X, presidida por el cardenal Darío Castrillón Hoyos, fue esta comisión, con el aval del Papa, la que levantó la excomunión que pesaba sobre los miembros de la fraternidad y sus obispos, ordenados sin designación de la Santa Sede. Eso no significa que el Vaticano esté de acuerdo con las declaraciones de las personas en cuestión, ya que la excomunión no pesaba sobre ellos por antisemitismo. El obispo Richard Williamson, quien negó las cámaras de gas durante el Holocausto, cometió un desatino mayúsculo y cayó por su ideología en falsear la verdad, basta visitar los campos de concentración que aún existen para dimensionar una tragedia que no se puede soslayar sin ofender gravemente la memoria colectiva de la humanidad. No representa el pensamiento de la Iglesia y, para dejarlo claro, el Papa, en recientes declaraciones, volvió a afirmar: "El Holocausto sea para todos un llamado contra el olvido, la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos". "El Holocausto -agregó- enseñe especialmente a las viejas como a las nuevas generaciones que sólo el difícil camino de la escucha y el diálogo, del amor y del perdón conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la deseada meta de la fraternidad y de la paz en la verdad". El Gran Rabinato de Israel declaró la ruptura de las relaciones con el Vaticano, la medida de los ortodoxos judíos es por tiempo indefinido.

Los fundamentalismos son malos de un lado y del otro, el pensamiento de Williamson no es el de la Iglesia, la respuesta de un grupo de rabinos ortodoxos no involucra a todos los judíos, mucho más cuando sus expresiones no son colegiadas con el resto de los rabinos ni tienen autoridad sobre ellos. Para la gran mayoría de los creyentes, el camino de diálogo interreligioso que hemos continuado, inspirados en el ejemplo del Concilio Vaticano II y de Juan Pablo II, de bendita memoria, no tiene retorno. Quizás monseñor Williamson debería visitar -para reflexionar sobre sus expresiones- la capilla de la Virgen de Luján en la Catedral de Buenos Aires; allí, detrás de un vidrio, se exponen restos de páginas de libros de oración rescatados de los campos de concentración, Dios sigue amando a todos sus hijos, sean judíos, islámicos, católicos o ateos. La misión de la Iglesia es tender puentes para la salvación, no encerrarse a ver quiénes son los que se quedan afuera.

Las opiniones vertidas por algunos no expresan la opinión de todos, es por eso que en un mundo dividido y desorientado debemos ser cuidadosos a la hora de generalizar. Los judíos no han roto con el Vaticano ni la Iglesia niega el Holocausto.

Esperemos que dentro de la Iglesia siga la actitud de acercamiento a todas las tendencias y sectores del catolicismo y no sólo a los grupos más conservadores. Para ello sería muy deseable que se realizaran algunos gestos concretos con grupos más progresistas, al igual que los realizados con los sectores tradicionalistas y cismáticos de monseñor Lefebvre.

El autor es codirector del Instituto del Diálogo Interreligioso

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Después de dos semanas vuelvo a entrar a este espacio, me encuentro con dos artículos muy interesantes que son dos temas muy actuales.
Por una lado es muy interesante la visión de Quique respecto de la decisión del Papa Benedicto XVI de suspender la excomunión a religiosos que entre otras cosas niegan la Shoá, cómo judío podría reprobar esta decisión; sin embargo mi opinión es la misma que pienso que se debe tener en el conflicto entre el Estado de Israel y el grupo terrorista Hamás, que lamentablemente produjo muchos muertos civiles inocentes: no se puede opinar sin conocer bien todo el escenario; en el caso del conflicto en Gaza se puede hablar de respuesta desmedida ante los ataques de un grupo terrorista; pero ninguno de nosotros conoce con agudeza los detalles que llevaron a esta decisión para la defensa de la población civil en el sur de Israel y por otra parte pocos medios resaltan que Hamas se trata de un grupo terrorista y no un partido político; esta organización además de lanzar cohetes a poblaciones como Sderot, Ashkelon y Beer Sheva entre otras también produjo cientos de víctimas civiles en atentados terroristas; por supuesto que en ningún momento pongo en discusión el derecho del pueblo palestino a su estado sino que cuando se critica a Israel por su metodología hay que tener en cuenta que la guerra no es contra un ejército regular de un estado árabe sino contra un grupo terrorista.
Respecto de la decisión de Benedicto XVI, opino de manera similar; no conozco en absoluto el derecho canónico católico; ni los procedimientos a tomar, ni las políticas del Vaticano; sería apresurado vertir una opinión, no obstante creo que es sumamente execrable las declaraciones de estos religiosos expulsados en su momento por Juan Pablo II, no sólo para los judíos sino también para los cristianos; algo que en absoluto tiene que ver con el espíritu ni con las enseñanzas de personas como Jesús, María, José y San Juan Bautista entre otros que pertenecían y amaban al pueblo judío.

Dos fechas, dos hombres para no olvidar

La Fundacion Raoul Wallenberg recuerda a Martin Luther King, el adalid de la Paz, y a Raoul Wallenberg, salvador de decenas de miles de vidas en la Hungría ocupada por el nazismo.
El 15 de enero se cumplen 80 años del nacimiento de Martin Luther King, el adalid de la Paz, el más lúcido de los luchadores por la libertad del pueblo negro y predicador de la hermandad de todos los pueblos, asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis por el homicida James Earl Ray.
Asimismo, el 17 de enero se recuerda el 64º aniversario de la desaparición de Raoul Wallenberg, salvador de decenas de miles de vidas en la Hungría ocupada por el nazismo. Wallenberg es el paradigma moderno de la figura del detenido-desaparecido, tristemente popular en la Argentina. Su rastro se pierde en el Gulag soviético y, hasta el día de hoy, su destino es un misterio.
Ambos nombres, ambos hombres, King-Wallenberg, remiten a la solidaridad y al coraje cívico como valores universales que se contraponen al despotismo y al avasallamiento de las libertades individuales.
La Fundación Wallenberg recordará a estos dos notables personajes de la historia moderna el próximo 21 de enero junto a la estatua que rinde homenaje al diplomático sueco, en la esquina de la avenida Figueroa Alcorta y la calle Austria, en la Ciudad de Buenos Aires.
Baruj Tenembaum Fundacion Raoul Wallenberg www.raoulwallenberg.net