martes, 23 de junio de 2009

Neda: símbolo de la inacción

En estos días muchos vimos estupefactos el video de la muerte de esta joven iraní que cometió el "pecado" de pedir más libertad y más democracia en Irán, ante las generalizadas sospechas de fraude en los comicios electorales.
Muchas filosofías dicen que la inacción ante el mal es peor que una acción de este tipo; y pienso que que esto se está convirtiendo en una vergüenza mundial.
El mundo aguanta que este peronaje que gobierna Irán amenace con hacer desaparecer un país; que niegue el Holocausto (no tendría sentido la entrada anterior sobre Ana Frank...), que lance epítetos racistas en una conferencia contra el racismo; ahora también hace la vista gorda ante la matanza a pacíficos manifestantes.
Pareciera que es muy fácil condenar a un país, como algunos africanos, donde el PBI anual no alcanza a un cuarto de la utilidad de una empresa privada de un país desarrollado; pero es difícil hacerlo con "países rentables", el mundo calló en 1.989 en la matanza en la plaza de Tiananmen en Beijing (no era cuestión de perder importantes negocios multimillonarios con la República Popular China); calló en muchas oportunidades y ahora lo hace con la realidad iraní; no vaya a ser que no se pueda comprarle más petróleo o caviar; o que no se le pueda vender uranio...

lunes, 22 de junio de 2009

Benedicto evoca a Alcide De Gasperi

 Hablando de De Gasperi (1881-1954), el Papa afirmó que "se formó en la escuela del Evangelio y fue capaz de traducir en hechos concretos y coherentes la fe que profesaba. (...) Espiritualidad y política se integraron tan bien en él, que si se desea comprender en profundidad a este estimado hombre de gobierno, no hay que limitarse a recordar los resultados políticos que consiguió, sino que hay que tener en cuenta también su fina sensibilidad religiosa y su fe sólida, que constantemente animó su pensamiento y acción".

 El Papa destacó además la "fidelidad intachable a los valores humanos y cristianos del estadista, así como la serena conciencia moral que le guió en las decisiones políticas. (...) Aunque en algunos momentos no faltaron dificultades, y quizá incluso incomprensiones por parte del mundo eclesiástico, De Gasperi no dudó de su adhesión a la Iglesia, que fue (...) plena y sincera".

 El Santo Padre concluyó pidiendo a Dios que "el recuerdo de la experiencia de gobierno y del testimonio de De Gasperi animen a quienes hoy gobiernan Italia y los demás países".

El castaño transcontinental

Adaptación de la crónica de Jorge Rouillon publicada en La Nación

Un retoño de un castaño, el árbol que veía Ana Frank desde su escondite familiar en Amsterdam fue plantado en la Mariápolis de O´Higgins, en medio de la pampa argentina.
La plantación se hizo en una jornada por la paz, que cada año se realiza en ese "lugarcito especial", donde la serenidad del campo y el trato alegre de quienes viven allí invitan a la convivencia tranquila y armoniosa.
Judíos y católicos participaron de varios actos.

Jan Erik Dubbelman, director de la Casa de Ana Frank en Amsterdam, comentó que pensaba que la joven judía no era muy religiosa, porque no quería ir a la sinagoga, pero hace dos años él se encontró en Nueva York a una mujer que había sido amiga suya y recordaba que juntas, durante cuatro años, iban a ver a un rabino, tenían clases de religión y le preguntaban muchas cosas: Ana siempre preguntaba porque quería saber más.
El obispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, habló de dos vidas que padecieron la guerra, evocando a Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares, que inició su obra en Trento, bombardeada en 1943.
También la rabina Silvina Chemen enlazó ambas vidas y subrayó la fuerza del amor ante la destrucción.

El castaño seguirá dando sombra e iluminando personas.
¿Actividades opuestas? Complementarias ..

viernes, 19 de junio de 2009

Por qué mi Torá está llorando

Por SHLOMO RISKIN
Mi noche favorita del año siempre ha sido la noche de Shavuot, cuando voy de colina en colina en mi querida ciudad de Efrat, dando una clase de estudio de Torá tras otra hasta el servicio de la madrugada.
Durante mis paseos nocturnos me saludan constantemente grupos de efraítas de todas las edades – hombres, mujeres y niños – caminando hacia las clases de su elección, a menudo deteniéndome excitadamente para hacerme un pregunta acerca de la clase anterior.
En esta noche mágica del año todo Efrat se transforma milagrosamente en un grande y glorioso beit midrash, cuyo majestuoso mensaje pulsa con las palabras del Salmista, “Levántate y canta jubiloso la canción de la Torá a la noche.”
Este año, sin embargo, fue diferente. En vez de canciones jubilosas, escuché sollozos crispantes. En vez de que los rollos de Torá en las arcas y los libros de Torá en los estantes danzaran con éxtasis y alegría se tambaleaban con consternación y desilusión. Las mismísimas letras de fuego negras, el mismísimo pergamino de fuego blanco se estaban marchitando.
Sí, esta noche de Shavuot, mi amada Torá estaba llorando.
RELACIONADO
a. Se le llama la atención al Primer Ministro por el escándalo de conversión.
VEAN UDS., mi Torá siempre se ha regocijado con canciones porque “sus caminos son caminos agradables y todos llevan a la paz.” La Torá es la expresión y la voluntad de la Divina Presencia, quien es un “Dios compasivo y clemente, lento en iras y abundante en benevolencia que perdona la iniquidad, la trasgresión y el pecado del que se arrepiente.”
Mi Torá se regocija con canto especialmente en Shavuot, cuando leemos el Libro de Ruth, la meguilá de amor y bondad, la historia de una triste y desamparada viuda moabita que es aceptada amorosamente en la patria, fe y comunidad judías como una prosélita justa. Su soledad se transforma en paz domestica y seguridad en Efrat en los amorosos brazos de un noble y orgulloso hijo de Judá.
El amor y la bondad del uno por el otro; de Boaz y Ruth como pareja – como también hacia Naomi – los hacen merecedores de ser los abuelos del Rey David, el eventual redentor de Israel y del mundo. El mundo será reconstruido y redimido sólo a través del amor y la bondad de una Torá y de una nación que abrazó a la moabita Ruth como una de ellos y le dio a la desamparada viuda amor y una familia.
¿QUÉ LE HA PASADO a nuestra Torá últimamente? Un relato totalmente distinto está siendo escrito, la antítesis misma del amor y la compasión de Meguilat Ruth. Mi Torá ha sido robada, secuestrada por intérpretes falsos y equivocados. Mi Torá está llorando debido a los jueces de las cortes rabínicas que han olvidado que el más importante mensaje del Éxodo de Egipto es que amemos al extranjero y al prosélito.
Han olvidado las 11 prohibiciones contra las palabras y los actos insensibles hacia los conversos – y la restricción talmúdica de que no debemos ser demasiado autoritarios o exigentes con alguien que aspira a ser un prosélito (Iebamot 47). Han olvidado el dictamen de Maimónides de que aún en lo que concierne a un converso que solamente fue a la mikvá (y se hizo la circuncisión si es hombre) – aún si la conversión fue por una razón personal romántica o venal, y aún si el converso ha retornado a su anterior comportamiento idólatra – él o ella siguen siento judíos (si bien es cierto un judío renegado); su casamiento religioso permanece intacto, y se le deben restaurar los objetos perdidos. (Maimónides, Leyes de Relaciones Prohibidas 13,14).
MI TORÁ está llorando porque estos jueces, en nombre de la Torá, han trastornado y posiblemente destruido cientos sino miles de familias de conversos, cuyos hijos y hasta los hijos de sus hijos fueron educados y aceptados como judíos – para enterarse recién ahora que las conversiones de sus antepasados han sido anuladas retroactivamente.
Mi Torá está llorando porque estos jueces en nombre de la Torá han deshonrado y vilipendiado a un destacado líder rabínico, el Rabino Jaim Druckman, un estudioso que ha dedicado su vida entera a la Torá de Israel, al pueblo de Israel y a la tierra de Israel, y permitido que se desarrolle una atmósfera en la cual su nombre y su persona han sido arrastrados por el barro. Han olvidado que un “anciano estudioso debe ser tratado con gran gentileza” y que los estudiosos de la Torá deben hacer avanzar a la paz en el mundo.”
MI TORÁ está llorando porque estos mismos jueces han hecho imposible que incontables mujeres encuentren la felicidad en el matrimonio; porque han hecho que las esposas vivan como mujeres cautivas de maridos inescrupulosos que exigen el pago de un rescate en nombre de la “pureza de Israel.” Se olvidan de la directiva talmúdica “para liberar a una “viuda ficticia” (cuyo marido está vivo pero no le da el divorcio, o ha desaparecido pero se está seguro que ha muerto) nuestros sabios invocan muchas indulgencias.” Se olvidan del ruego del Majarsha en la conclusión del Tratado Ievamot: “Dios les debe otorgar coraje a los jueces rabínicos para que Dios pueda bendecir a las mujeres solitarias y sufrientes con la paz que viene con la tranquilidad doméstica.”
Mi Torá está llorando porque esta Torá de paz y compasión ha sido pervertida y secuestrada por jueces quienes a pesar de su erudición, no han sido capaces de aprender la lección de Meguilat Ruth, no han sabido asimilar el propósito para el cual la Torá fue dada al mundo.
De modo que las lagrimas de los conversos y los aspirantes a la conversión, las lagrimas de las mujeres cuyos maridos han desaparecido sin que se pueda probar su muerte y de las mujeres que están esperando ansiosamente, casi sin esperanzas que las cortes rabínicas obliguen a sus intransigentes maridos a otorgarles la libertad se mezclan con las lágrimas de la Torá misma.
Estas lágrimas de la Torá y de los que quedan afuera mirando al “Israel puro” están impidiendo la redención, una redención que sólo puede llegar basada en el amor y la bondad hacia el “otro” – el extranjero y el converso, la viuda y la “viuda ficticia,” hacia aquellos que están encadenados y ansían estar libres.
Nuestra Torá está llorando porque ahora, trágicamente, está encadenada.
Fuente: www.jpost.com
El escritor es un rabino ortodoxo, fundador y rector de los Ohr Torah Stone Colleges and Graduate programs, y rabino principal de Efrat.
Traducido por Ría Okret

jueves, 11 de junio de 2009

Los sobrevivientes del Holocausto tienen la obligación moral de revelar quiénes los salvaron

Las personas que fueron salvadas de la muerte durante el Holocausto tienen la obligación moral de identificar a sus salvadores, a pesar del trauma que los recuerdos puedan provocar, declaró el creador de la Fundación Internacional Raoul Wallenberg, Baruj Tenembaum.
Baruj Tenembaum
El comentario se produce mientras la organización con base en Nueva York realiza ingentes esfuerzos para encontrar más héroes en momentos en que el número de ellos disminuye considerablemente.
Hablamos mucho sobre el Holocausto pero no sobre las personas no judías que salvaron a judíos durante la guerra”, señaló Baruj Tenembaum en el curso de una entrevista con el Jerusalem Post.
Tenembaum, nacido en Argentina, sostuvo que los sobrevivientes del Holocausto que fueron salvados tienen la obligación moral de contar sus historias antes de que sea demasiado tarde, a pesar del sufrimiento que podría producir recordar experiencias torturantes que tuvieron lugar hace sesenta o setenta años.
“La libertad de la que disponen para hablar o callar es la libertad que obtuvieron gracias al auxilio prestado por quienes los salvaron”, dijo. “En mi opinión, no tienen esa opción porque ella pertenece a la persona que los salvó. No tienen derecho a guardar silencio”
La Fundación Wallenberg que ha localizado a numerosos salvadores, recientemente encontró a cuatro sobrevivientes en Israel, Argentina, Hungría y Francia. Ninguno de ellos quiso relatar las historias de sus salvadores porque les resultaba demasiado doloroso.
Tenembaum admite que él nunca podrá sentir el dolor de estas personas y agrega que, en algunos casos, los sobrevivientes ni siquiera han contado las historias a sus propios hijos.
“La nación judía tiene la obligación moral de mostrarse agradecida con quienes salvaron vidas”, sostuvo.
Alrededor de 250.000 sobrevivientes del Holocausto viven en Israel.
La organización, que lleva el nombre del diplomático sueco que desapareció en enero de 1945, luego de salvar a decenas de miles de judíos y otros perseguidos por el nazismo, desarrolla programas educativos basados en los valores de solidaridad y coraje cívico, pilares éticos de los salvadores del Holocausto.
Irena Steinfeld, directora del Departamento de los Justos de Yad Vashem, la autoridad para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto con sede en Jerusalén, coincide en que los sobrevivientes tienen el deber de contar sus historias, pero advierte sobre la tentación de juzgar la conducta de los otros.
“Ciertamente es la obligación moral de los sobrevivientes hablar sobre sus salvadores, pero soy muy cautelosa porque es muy fácil abrir viejas heridas pero muy difícil cerrarlas”, dijo.
“Sólo podemos intentar preguntarles de todas las maneras posibles”.
Más de 22.000 personas han sido reconocidas por Yad Vashem como Justas entre las Naciones.

Fuente: Etgar Lefkovits , THE JERUSALEM POST, edición impresa.

jueves, 4 de junio de 2009

Ana Frank sigue dando retoños

El 12 de junio abrirá al público la casa de Ana Frank, en la ciudad de Buenos Aires.
Está ubicada en Superí 2647, en el porteño barrio de Coghlan, donde también funcionará un centro pedagógico.
El domingo 14 se plantará un retoño del castaño de su casa de Amsterdam en la Mariápolis de O'Higgins!
Esta noticia que merece destacarse, por el octogésimo natalicio del nacimiento de Ana (12.6), y por los futuros frutos de este nuevo retoño.

Para ampliar la información, visitad La Nación, Educ.ar y, por-qué no? El Diario de Ana Frank.

martes, 2 de junio de 2009

¿Quién escuchará la voz de las víctimas?

Por Leonardo Boff

  Los 192 jefes de estado o de gobierno deben reunirse el 1, 2 y 3 de junio en Nueva York convocados por la ONU para discutir la crisis económico-financiera y sus impactos sobre los diferentes países, especialmente sobre los países pobres. Para prepararla, el Presidente de la Asamblea Miguel d'Escoto Brockmann, ex-canciller de Nicaragua, ha creado una Comisión para la Reforma del Sistema Financiero y Monetario Internacional constituida por 20 celebridades de la economía y de la política bajo la coordinación del premio Nóbel de economía Joseph Stiglitz.

Los resultados ya han sido entregados y sus principales contenidos se conocen más o menos. Como marco teórico, ético y humanístico que debe inspirar las nuevas medidas concretas se sugiere una Declaración Universal del Bien Común de la Humanidad y de la Tierra, tarea difícil de realizar por falta de tradición jurídica y social en esta área. Luego se recomienda la creación de un Consejo Mundial de Coordinación Económica, paralelo al Consejo de Seguridad, desdoblado en dos autoridades mundiales, una que cuide de la regulación financiera y la otra de la competencia en la economía. Se sugiere una reforma de las instituciones de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) y una regionalización de las instituciones financieras que apoyan los procesos de desarrollo. Se pide también que, una vez al año, los jefes de estado o de gobierno de todo el mundo se encuentren para discutir el estado de la Tierra y de la Humanidad, y tomar medidas colectivas.

El gran temor es que esta reunión mundial sea desvirtuada por las presiones de los principales miembros del G-20, si envían solamente representantes diplomáticos o ministros. Por detrás de estas presiones están dos maneras diferentes de enfrentarse a la crisis actual.

Una es la del G-20 que se reunió en Londres en abril. Fundamentalmente se propone salvar el sistema económico-financiero imperante para que, en el fondo, todo funcione como antes, con ciertos controles pero con niveles razonables de crecimiento, sacrificando incluso el equilibrio de la Tierra, y perpetuando el escandaloso foso entre ricos y pobres. El propósito es el mismo: cómo ganar más con el mínimo de inversión, compitiendo en el mercado y considerando el estrés de la naturaleza y la pobreza como externalidades.

La otra es la de los grupos altermundistas, presentes en todos los estratos sociales del mundo y, en parte, asumida por la Comisión de la ONU. Se trata de situar la crisis económica en el conjunto de las demás crisis: la energética, la alimentaria, la del calentamiento global, la de la insostenibilidad del planeta (superamos en un 40% la capacidad de reposición de los recursos naturales) y la social y humanitaria (casi mil millones de personas por debajo del umbral de la pobreza). Más que salvar el sistema se trata de salvar la humanidad, la vida amenazada y el planeta en estado caótico. El propósito es cómo garantizar el buen vivir en armonía con los otros y con la naturaleza, produciendo conforme sus ciclos, con equidad social y con solidaridad generacional.

Siendo el problema planetario, las soluciones deben ser también planetarias. El único organismo planetario que existe es la ONU y es ella quien debería coordinar los esfuerzos colectivos para hacer frente a la crisis, no el G-20. Éste no ha sido delegado para representar a los otros 172 países, víctimas de la crisis global, cuyas voces no son escuchadas.

Las crisis no surgen en vano. Emergen de aquella Energía de fondo, cargada de propósito, que dirige el universo, la Tierra y a cada uno de nosotros, y que está exigiendo un nuevo estadio de civilización, capaz de diseñar otro futuro distinto de esperanza. Ante esta gravísima situación se notan dos limitaciones:

La primera es de los economistas que, por oficio, tratan de economía pero poseen pocos conocimientos de ecología; por eso, como se ve por todas partes, no incluyen la naturaleza en sus consideraciones, como si la Tierra fuese inagotable y estuviese en orden, cosa que no es así.

La segunda es la de los jefes de estado: después de siglos de racionalismo y de materialismo han quedado embotados.
No perciben los mensajes que el universo y la Tierra, como superorganismo vivo, les están enviando en el sentido de una transformación. Por su falta de escucha, sucede lo que decía Gramsci: «lo viejo se resiste a morir y lo nuevo no consigue nacer». Perdemos así la oportunidad, una de las últimas, de un nuevo comienzo. Y nos atascamos en nuestras propias crisis.