viernes, 26 de febrero de 2010

La Misa Criolla y la Shoah

Una de las composiciones más brillantes del desaparecido recientemente Ariel Ramírez es la Misa Criolla, muchos como yo pensamos que es algo netamente católico; sin embargo en este reportaje que tiene aproximadamente un año cuenta como un terrible relato de dos monjas respecto de unos prisioneros judíos lo inspiró al maetro para hacer esta obra.

La fuente del mismo es Clarín y este es el link:
http://blogs.clarin.com/cronoscopio/2009/3/15/ariel-ramirez-raiz-argentinidad/

No obstante también lo transcribo a continuación

ARIEL RAMIREZ (1921 – 2010)


LA ARGENTINIDAD NO SERIA LA MISMA SIN LA IMPRONTA MUSICAL DEL MAESTRO ARIEL RAMIREZ.-

ARIEL RAMIREZ – “Y AHI ESTABAMOS TODOS LOS QUE DESPUES FUIMOS”

En solo tres palabras resumimos una de las obras más hermosas de Ariel Ramírez, “La misa criolla”, el punto exacto donde converge el folklore argentino con la expresión religiosa cristiana más pura. Solo este disco lleva vendido más de 10 millones de copias en todo el mundo. Varios años le consumió el milagro de su creación sin imaginar la verdadera dimensión de la obra. Más de 60 años dedicados a nuestro folklore con obras como “Cantata Sudamericana”,”Mujeres argentinas”, “Navidad nuestra”,” Coronación del folklore”, “Los caudillo” son algunos de sus éxitos. Verdaderos hitos que traspasan nuestra frontera hasta hacerlas universales como la frase de Gloria “En la tierra, paz a los hombres”…

“…Cuando llegué a Buenos Aires en 1943 desde Santa Fe, mi provincia natal, lo hice invitado por don Atahualpa Yupanqui, quien había armado junto a Carcavallo dueño del Teatro Alvear en ese momento, un elenco de provincianos de todo el país. Quienes debutamos en ese escenario con la esperanza de llegar a tener un nombre reconocido de dentro de la música folklórica, nos encontramos con un público errante. Aunque era de entrada gratuita, un día estaba lleno y al otro no venía nadie. Una decepción que obligó a Carcavallo a decirnos que lamentablemente tenía que levantar a temporada de 5 o 6 meses por falta de público. Y ahí estábamos todos los que después fuimos. Sin embargo el tiempo lento, muy lento fue haciendo brillar primero el nombre de dos salteños. Uno era el conjunto de Los Chalchaleros, el otro Eduardo Falú. A partir del año 50 o 51 esto se revertió totalmente y el país se enteró que había una música que se llamaba zamba, chacarera, carnavalito y tantas otras que fue difundiendo posteriormente. Hoy esa música está en el mundo y tiene la misma fuerza que tenía en la década del ‘50, ’60 o ’70. Después tuvo problemas de tipo político que la descuartizaron…”

-La música como el agua horada la tierra…

-Muy buena la comparación. En este momento estamos en un resurgimiento total de nuestra música. Debemos apoyarla sin olvidarnos del tango que nos representa en el mundo con un sello muy particular.

El año pasado estuve en Japón y me quedé asombrado como ese público con una cultura tan diferente a la nuestra, cuando yo tocaba zambas, chacareras junto a mis músicos y cantores, ellos con un mal español también las cantaban y las aplaudían de pie. No, nuestra música no ha muerto, está en el mundo más viva que nunca.

-¿Le cuesta a usted encontrar como músico letras con el suficiente fundamento para que las acompañen enlazadas en el mismo camino?

-Bueno, siempre en mis composiciones me he limitado a dos poetas, a lo mejor tres no más. Uno es Félix Luna, con quien nos conocemos desde la juventud y el otro Miguel Brascó comprovinciano que ha escrito todo lo que compuse en el Litoral, pero la música tiene que variar según donde sea interpretada. A mis canciones las cantan diferente en todas las provincias porque el ritmo es diferente. Santiago del Estero al igual que Salta conservan la fuerza de nuestro folklore de hace cincuenta años. Estos últimos años han aparecido conjuntos sensacionales que además llenan estadios, plazas, todo. No cantarán de la manera que uno quisiera pero no tengo derecho a negarme que eso es nuestro hasta el corazón, porque te tocan hasta el alma. Hay quienes no les pueden gustar pero nosotros sufrimos lo mismo. Sin embargo cuando componía… ¡lo más importante era que me gustara a mí!

-Hablemos de sus comienzos

-Yo nací en Santa Fe, donde me crié y estudié hasta recibirme de maestro. Casi una obligación en mi familia. Mi padre y todos sus hermanos lo fueron. –“Primero maestro después hacé de tu vida lo que quieras”- decía papá. Entonces ejercí como docente de la escuela Normal de Santa Fe a los 18 años. Estudié piano desde los 16 años, para luego entrar en el conservatorio nacional. Pero amaba la música de mi tierra, al asistir a un concierto dado por el pianista y musicólogo Arturo Shianca, decidí familiarizarme con los cantores populares. Me radiqué en Córdoba donde conocí a un hombre que me ayudó con un pasaje de segunda clase para irme a Jujuy y me dio $10 para comer durante 5 días. Allí es donde inicié mi verdadera carrera. Ese hombre se llamó Atahualpa Yupanqui. Cuando escuchó mi música no dudó en aconsejarme-“Usted tiene que ir al norte para aprender lo que es un carnavalito o una zamba”- Y tenía razón, allí aprendí de esos ritmos todo lo que no se puede aprender leyendo una música mal escrita, porque yo tocaba todos los chamamés o la música pampeana, pero gracias don Ata que me ayudó de esa manera, con apenas 20 años me fui a vivir a la casa del doctor Justiniano Torres Aparicio, quien amaba la música nuestra. Después me mudé a Tucumán, Santiago del Estero, Salta, La Rioja, Catamarca, Mendoza, siempre ayudado por distintas familias. Después vine a Buenos Aires y de aquí al mundo. Con la suerte que nuestra música es reconocida en todos los países. Porque hay gente a la que le debemos eso como Eduardo Falú, Los Chalchas, Atahualpa Yupanqui, Los fronterizos…

-Como conoce a ¿Eduardo Falú?

-Fíjate que cuando llegué por primera vez a Buenos Aires me recomendaron un hotelito, el más barato de plaza Cerrito 34- todavía no existía la Avenida 9 de Julio- La habitación que me dieron n o tenía ventanas y de puerta una cortina que subías y bajabas a discreción. Al lado un tipo que tocaba la guitarra y no me dejaba dormir. Yo me acostaba a las 5 de la mañana y este tipo ya estaba ensayando. Bueno ese era Eduardo Falú, ahí nos conocimos y hoy somos casi hermanos ya. El ya era pelado y yo era flaco (risas). Así nació una amistad que dura hasta hoy.

- Cientos de canciones hace difícil la elección de una para contar su trasfondo.

-Yo diría que es imposible elegir, me gustan todas, pero les contaré de una.

Tengo una zamba que ya está en el mundo, se llama “Alfonsina y el mar” está dedicada a la escritora Alfonsina Storni, porque ella tuvo un maestro en su infancia que se llamó Zenón Ramírez, era mi padre Cuando ella murió fue el quien me contó su vida y todo su sufrimiento. Lo cierto es que cuando estaba componiendo Mujeres Argentinas se cumplía un nuevo aniversario de su muerte. Entonces Félix Luna me dijo-“No podés dejar de escribir sobre Alfonsina”. Y me trajo sus poemas. Muchos que ya conocía por mi padre. Me llevó a ver los diarios del día de su muerte, cuando recogieron su cadáver y lo metieron en un tren que llegó a Constitución. Cuentan los diarios del ’38 que hubo más de 2000 personas en la estación para recibir sus restos. La poetisa, la gran mujer y la directora de enseñanza de niños. A ella que se crió en Coronda con su padre y se educó con el mío, la esperaba un público de niños de 10 a 12 años, 15, 20, quienes habían dejado de serlo pero habían sido alumnos de ella. Ese acto de amor me conmovió profundamente. Si bien yo no la conocí personalmente, mi padre me había trasmitido mucho de su infancia. Entonces me resultó muy fácil escribir sobre ella. Primero yo hago la música y Luna escribió la letra. Hoy es una de las canciones más famosas en el mundo. No hay país que no la cante, En Israel, Grecia, Holanda, traducida a muchísimos idiomas.

Un piano…un hombre…un destino.


LA MISA CRIOLLA – HISTORIA DE UNA COMPOSICION UNIVERSAL

En Roma había conocido al Padre Antuña, estudioso prelado de Argentina, quien me presentó al Padre Wenceslao van Lun, un holandés con quien nos entendíamos en un italiano básico pero eficaz, y al mismo tiempo bastante divertido. Van Lun me llevó a Holanda y desde allí me recomendó a un convento en Würzburg, una pequeña y hermosa localidad a unos 100 km. de Franckfurt. Todos los seminaristas hablaban alemán, salvo dos monjitas que estaban a cargo de la cocina y a quienes el Padre van Lun me presentó para ayudar a comunicarme, pues suponía que entendían español.


La realidad era que las hermanas Elizabeth y Regina Brückner habían vivido en Portugal, y algo de español entendían, lo cual fue para mí una salvación en todo sentido: por fin podía dialogar y, por añadidura, desde ese día, empecé a comer con ellas, directamente en la mesa de trabajo de la cocina.

Frecuentemente, desde la ventana de la cocina, contemplaba el magnífico paisaje semiboscoso, gloriosamente verde, con una enorme casona que a lo lejos se dibujaba de blanco con las últimas nieves de la primavera. Tanta belleza me producía sentimientos exultantes y, desde mis jóvenes años, me parecía estar un paso más arriba de la tierra.

Ellas no compartían mi entusiasmo. No podían olvidar que esa casona y las tierras más distantes habían sido parte de un campo de concentración donde hubo alrededor de mil judíos prisioneros.

Desde la distancia, las monjitas me contaron, podían imaginar el horror y el miedo. Sólo en voz muy baja llegaban noticias acerca del frío y del hambre. Una estricta regla castigaba con la horca -sin más trámite- a cualquiera que ayudara o simplemente tomara contacto con aquellos que esperaban su trágico destino.

Pero Elizabeth y Regina habían elegido la misericordia y habían sido formadas para el valor, de modo que, noche tras noche, empaquetaban cuantos restos de comida podían y se acercaban sigilosamente al campo para dejar su ayuda en un hueco debajo del alambrado.


Durante ocho meses ese paquete desapareció cada día. Hasta que un día nadie retiró el paquete y tampoco los siguientes, que se fueron acumulando. La casa estaba vacía y los rumores esparcieron la noticia acerca del traslado de los prisioneros. El temido viaje se había iniciado una vez más.

Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador.

Un día de 1954, tal vez del mes de mayo, estando en Liverpool, no puede resistir la tentación de subir a un barco, el Highland Chefstein, que iba a Buenos Aires donde me esperaban mi hija Laura, de cinco años y mis viejos, que superaban los setenta. Me había convencido que en dos meses regresaría al lugar donde ya había decidido afincarme para siempre, pero el destino me reservaba otro rumbo. En aquel barco que atravesaba el Atlántico hacia el sur, empecé a rememorar el relato de las hermanitas Brückner y a pensar en toda la solidaridad humana, todo el amor que había recibido, de parte de gente extranjera con la que apenas podíamos comunicarnos por el desconocimiento mutuo de nuestras lenguas. Me conmovía pensar en que todo lo que recibí fue exclusivamente por amor a mi música y a mi persona, hasta que comprendí que sólo podía agradecerles escribiendo en su homenaje una obra religiosa, pero no sabía aún cómo realizarla.


Al regresar a Argentina, todo se transformó en mi vida, mi carrera había crecido y mis canciones comenzaron a ser muy populares, poco a poco comencé a ser Ariel Ramírez… con el tiempo Europa quedó muy lejos… pero mi pensamiento seguía centrado en la idea surgida en el Atlántico. En esta búsqueda comencé a reunir información, y es así que tiempo después me encontré con el Padre Antonio Osvaldo Catena (link a texto), amigo de la juventud en Santa Fe, mi ciudad natal, quien fue realmente el que transformó la base de lo que yo había escrito pensando en una canción religiosa, en una idea increíble: la posibilidad de componer una misa con ritmos y formas musicales de esta tierra. El padre Osvaldo Catena era en 1963 Presidente de la Comisión Episcopal para Sudamérica encargada de realizar la traducción del texto latino de la misa al español, según el Concilio Vaticano de 1963 que presidió SS Pablo VI. Cuando ya tenía terminados los bocetos y formas del ordinario de la misa el mismo Catena me presentó a quien realizaría los arreglos corales de la obra: el Padre Segade.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Alfredo Palacios - Israel en la Argentina

Israel en la Argentina


Publicado por: David Salischiker el 19 Febrero 2010

Autor:
Alfredo Palacios
Fuente:
Semanario El Alba, Moisesville, año 1924


Alfredo Palacios fué un paladín del socialismo no sólo de Argentina sino de toda América!... en el año 1924 escribió este artículo ensalzando a los primeros inmigrantes judíos.

"Toda la noche había soñado con ese pedazo de Palestina transportado a la República donde miles de judíos, tenaces, obstinados, como todos los de su raza, labraban la tierra y eran libres.

Al rayar el alba, monté a caballo; entre en el ancho camino bordeado de árboles que une Palacios a Moisesville, y dos horas después divisaba el caserío entre la arboleda frondosa que daba un aspecto simpático al pueblo israelita. Era una mañana alegre y llena de sol, pasaron a mi lado ancianos venerables, de largas barbas blancas, vestidos con trajes negros, graves y severos, llevando debajo del brazo el ritual de las oraciones, camino de la sinagoga.

Los rostros enérgicos con rasgos bien acentuados; las narices aguileñas exteriorizaban una pasión indomable, características de una raza que perdura y que alguien ha comparado con un amianto que ningún fuego de amor ni de odio puede consumir. Los ojos eran profundos; estaban llenos de luz, pero de luz de incendio: parecía el fuego heredado de los macabeos. ¿Soñaban acaso, esos ancianos, con la sagrada montaña de Jerusalem ? ¿Creían posible reconstruír a Sion, donde los hijos de su raza matarían el erial para que de nuevo fuera la "tierra de trigo y cebada, de vides e higueras y ganados, tierras de olivos, de aceites y de miel" que exalta el Deuteronomio?

Experimenté una emoción intensa. Estos judíos que pasaban a mi lado, que respiraban a pulmón lleno en la pampa inmensa, eran iguales a los que hace muchos siglos vivían amurallados en las ciudades de Judá.

Perseguidos por todos los pueblos, vejados, humillados, mordidos por todas las jaurías antes de llegar a este suelo, se habían encerrado en el guetto, convencidos de la superioridad de su raza, y habían supervivido con la misma pasión, con el mismo fuego, con el mismo ideal que orientaba su vida.

Acaso ese ideal se transformaría en sus hijos, al pisar por primera vez tierra de libertad.

La santa luz del sol que eleva la presión de la sangre y alegra nuestro espíritu inundaba Moisesville.

Un joven judío me llevó a su casa donde reinaba un ambiente de placidez encantadora. Toda la familia rodeaba la mesa. Cuando entré, recitaban la oración de la mañana que terminaba parodiando aquella que pronunciaban sus abuelos en la cautividad de Babilonia: "¡Que nuestros trigos y los trigos de nuestros enemigos no conozcan los malos
inviernos!"...

Una moza fuerte de ojos grandes y hermosos leyó en español, pero con marcado acento ruso, en las páginas de la Historia de los judíos, el relato de las persecuciones de que fué objeto su pueblo.

Y terminó asi: "Cerca de uno de los arcos de London Bridge , bajo del cual camina silenciosamente la corriente hacia el mar, hay un sitio donde las aguas se arremolinan con extraña agitación. Allá, dice la leyenda, en días pasados y terribles, fueron arrojados varios judíos y se ahogaron..."

Algunos creían y aún creen hoy, que el ruido y remolino de aquellas aguas proceden de los gritos desesperados de las víctimas. Como si esa corriente de agonía que ayudó a ocultar el crimen horrible tuviera conciencia propia y remordimiento a través de los siglos, por haber sido cómplice de la maldad, descubre la tortura secreta que ví martirizándole hasta hoy...

Y la joven, con sus grandes ojos que tenían un marcado tinte de tristeza (tristeza heredada), la honda melancolía de la raza dispersa, que dijera Tácito - , miró por la ventana el inmensurable campo fecundo, donde sus hermanos, llegados de la tierra de opresión, arrastraban libres el arado, y pensó quizás que se había terminado para ellos el desprecio, la burla, que durante veinte siglos persiguiera su raza."

martes, 23 de febrero de 2010

Dialoguitos de sobremesa

Narra L, 
"En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (yo y D) participábamos, yo, maliciosamente, mas también con interés teológico, le pregunte en mi inglés defectuoso:
- "Santidad, cúal es la mejor religión?"
Esperaba que dijera: "El budismo tibetano" o las religiones orientales, mucho más antiguas que el cristianismo…"
D hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos – lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta – y afirmó
"La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al Infinito". Es aquella que te hace mejor."
Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté:
- "Qué es lo que me hace mejor?"
El respondió:
- "Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión."
Callé, maravillado, y hasta los dias de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutáble…

Acoto/aclaro L, es Leonardo Boff, D es el Dalai Lama.
¡Pichones de seres humanos!

viernes, 19 de febrero de 2010

Otra pérdida importante

Unos de mi discos favoritos, que me acompañó en toda mi infancia es "Mujeres Argentinas" de Mercedes Sosa, cuyas composiciones corresponden a Ariel Ramírez en la música y Felix Luna en las letras; por supuesto todo eso acompañado por la inolvidable voz de Merdeces. Hace unos meses nos tocó perder a la intérprete, luego a quien le ponía letra y ayer a uno de los más grandes músicos argentinos de todos los tiempos, podría hablar mucho de Ariel pero prefiero compartir este video.

miércoles, 3 de febrero de 2010

MENSAJE DEL PRESIDENTE SHIMON PERES ANTE EL PARLAMENTO ALEMÁN, BUNDESTAG

Publicado por: David Salischiker el 31 Enero 2010
Autor: Shimon Peres
Fuente: Departamento de Información e Internet
MENSAJE DEL PRESIDENTE SHIMON PERES ANTE EL PARLAMENTO ALEMÁN, BUNDESTAG en conmemoración del Día Internacional de la Shoa, 27 de enero, 2010.
Sr. Presidente,
Sra. Kohler,
Sr. Presidente del Bundestag,
Sra. Canciller,
Sr. Presidente del Bundesrat,
Sr. Presidente de la Corte Federal Constitucional,
Profesor Tych,
Honorables miembros,
Su Excelencia,
Honorables invitados,

Me presento hoy, ante ustedes, como Presidente del Estado de Israel, Hogar del Pueblo Judío. Y, mientras mi corazón se quiebra frente a los recuerdos del terrible pasado, mis ojos se orientan hacia el futuro común de un mundo joven, de un mundo libre de todo odio; un mundo en el que las palabras "guerra" y "antisemitismo" sean palabras muertas.

Mis Honorables;En la tradición judía, que nos acompaña desde hace miles de años, encontramos una oración en arameo, que es pronunciada en memoria del muerto, en memoria del padre y la madre, de hijos e hijas, hermanos y hermanas.

Esa oración, antiquísima, que no alcanzaron a pronunciar ni escuchar las madres cuyos bebés fueron arrancados de sus brazos, los padres que acompañaron con mirada de espanto a sus hijos arrastrados hacia las cámaras de gas ni los niños elevados en las cenizas del crematorio.

Desde esa condición, Damas y Caballeros, pido pronunciar las primeras palabras de esa oración, aquí y ahora, en nombre del Pueblo Judío y en recuerdo y memoria de los 6 millones que se convirtieron en cenizas.

Itgadal veitkadash shme rabá ,Bealmá divrá jiruté veiamlij maljuté,Veiatzmaj purkané, vikarev meshijé.Bejaieijón uveiomeijón , uvejaiei dejol beit Israel Baagalá uvizmán kariv, veimrú Amén.
Iehé shme rabá mevaraj Leálam uLeálmei almaiá.Itbaraj veishtabaj, veitpaar,

Exaltado y santificado sea Su gran Nombre en el mundo que El ha creado según Su voluntad.
Que El establezca Su reino, haga florecer Su redención y aproxime la venida de Su Mashiaj durante nuestros días y vuestros días y en vida de toda la Casa de Israel, rápidamente y en una época cercana y decid, Amén.
Sea Su glorioso nombre bendecido por siempre y por toda la eternidad. Alabado, enaltecido, honrado, loado y venerado sea el nombre del Santo, Bendito Sea,
Y la oración termina con palabras que se convirtieron en el Estado de Israel, en un símbolo del sueño, en el mundo judío: Osé shalom bimromav, hu berajamav/ iaasé shalom aleinu/ veal kol Israel, veimrú Amén
El que hace la paz en los cielos, hará la paz sobre nosotros y sobretodo Israel y decid Amén.

Mis amigos,
Delegados del Pueblo Alemán y sus representantes,

En el Estado de Israel y a lo largo del mundo, los sobrevivientes de la Shoa se alejan, lentamente, de la tierra de la vida. Su número disminuye día a día. Y, al mismo tiempo, aún viven, sobre la tierra alemana, en Europa y en otros sitios del mundo, aquellos que se ocuparon de la tarea más vil sobre la tierra, El Holocausto. Les pido, por favor, hagan todo para someterlos a juicio.

No se trata de venganza. Es hora de educar. Es hora de gracia para la joven generación en todo lugar.Que lo recuerde. Que no olvide. Que conozca lo que sucedió y que nunca, pero nunca, se le ocurra, que existe otra posibilidad más allá de la paz, la conciliación y el amor.

Hoy, el Día Internacional de Recordación a las Victimas de la Shoa, es el día en que el sol alumbró, por primera vez, hace 65 años, luego de seis años de oscuridad y sus rayos revelaron, ante los ojos de todos, la magnitud de la destrucción a mi pueblo. El mismo día, el humo aún sobrevolaba por sobre los crematorios desmantelados y las manchas de sangre y polvo regaban, todavía, con densidad el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Las vías del tren en silencio. La "rampa de selección", vacía. Sobre el monstruoso valle reinaba la mentirosa calma. El oído solo podía captar el silencio pero, desde la profundidad de la tierra congelada, surgía el grito que rompía el corazón de la humanidad y llegaba hasta el silencioso e indiferente cielo.

El 27 de enero de 1945 llegó al mundo demasiado tarde. 6 millones de judíos ya no estaban con vida. Éste día simboliza no solo la unidad con el recuerdo de los asesinados, no solo la limpieza de la conciencia humana hacia el horror más allá de lo entendible sino, también, la tragedia en la tardanza; la lección del período de tiempo en el que, la opinión mundial, quedó bajo las llamas y la industria de la muerte actuó, día tras día, años tras año, sin molestias. Tres años antes, el 20 de enero de 1942, no lejos de aquí, en la villa de Wannsee, a orillas del bello lago, un grupo de importantes generales y comandantes, bajo la dirección de Reinhard Heydrich, se reunieron para organizar y coordinar la puesta en práctica del programa "Solución Final del "Problema Judío".

Adolph Eichmann aplicó, al pie de la letra, el documento que detallaba la población destinada a la deportación y el aniquilamiento en la que se incluían todos los judíos del continente europeo; desde los tres millones que vivían en Polonia, Ucrania y en la ex Unión Soviética hasta los 200 judíos que vivían en la pequeña Albania. 11 millones de judíos fueron señalados para morir.

Los nazis eran eficientes y, desde la villa de Wannsee, el camino condujo a Auschwitz, a las cámaras de gas y los crematorios.

- Estoy frente a ustedes, éste día y en éste lugar, mis respetados Líderes y Representantes de la otra Alemania, la democrática, como representante del Estado Judío, Estado de los Sobrevivientes, Estado de Israel. Siento el tremendo peso y la grandeza de esa posición. Confío y espero que sientan como yo. Por un instante, coloco, ante mis ojos, la imponente imagen de mi abuelo, Rabbi Zvi Meltzer, de quien tuve el privilegio de ser su amado nieto. Fue mi maestro y educador. Me enseñó la Biblia. Lo veo con su blanca barba y sus negras cejas, envuelto en el manto ritual, entre el público observante en la sinagoga, en mi pueblo de nacimiento, Vishniev, en Bielorrusia. Me sumaba entonces, a un lado de su manto y escuchaba, con fascinación, su transparente voz. Aún resuena en mis oídos en la oración de Kol Nidre del Día del Perdón, los momentos e instantes fijados, según su creencia, por el Creador del Mundo, quién vivirá y quién morirá. Lo recuerdo parado en la terminal del ferrocarril que me condujo a mí, un niño de 11 años, desde el pueblo hacia el Estado de Israel. Recuerdo su emocionado abrazo. Recuerdo las últimas palabras y los preceptos que le escuché decir: "Mi niño, permanece judío, por siempre!” El tren hizo sonar su bocina y comenzó su marcha.

Observé – desde la ventana – a mi abuelo hasta que su imagen despareció. Fue la última vez que lo vi.Cuando llegaron los nazis a Vishniev ordenaron, a todos los miembros de la comunidad, reunirse en la sinagoga. Mi abuelo marchó primero, envuelto en el mismo manto ritual dentro del cual me envolvía de niño y, su familia, con él. Las puertas fueron cerradas por fuera y el fuego se apoderó de la estructura de madera. De toda la comunidad, sólo quedó el humo. Nadie sobrevivió. Mis Honorables; La Shoa despierta preguntas sobre la profundidad del alma humana. ¿Hasta dónde puede llegar el mal que habita en los hombres? ¿Hasta dónde puede llegar el silencio del pueblo que sabe de cultura y respeta la lógica? ¿Cuántas desgracias es posible provocar? ¿Silenciar la conciencia moral? ¿Silenciar un lógico balance? ¿Cómo puede un pueblo verse, a sí mismo, como hijo del "Racismo Supremo" y a su prójimo como a una creación nula? Y persiste la pregunta actual, ¿por qué el nazismo vio en la existencia judía un peligro tan grande e inmediato? ¿Qué movilizó a los nazis a destinar tantos recursos hacia la industria de la muerte ? ¿Qué sentido vieron los nazis en continuar, y perseverar, en ello hasta el final, incluso cuando su causa ya se diluía en el horizonte? ¿Acaso el poder judío amenazaba con frenar al "Reich de los Cien Años? ¿Acaso podía un pueblo perseguido frenar la destructiva maquinaria nazi de matar? ¿Cuántas divisas tenía la comunidad judía en Europa? ¿Cuántos tanques, aviones de combate, cuántos rifles? Damas y Caballeros, Es imposible definir al odio nazi, simplemente, como "antisemitismo". Es una definición banal. No explica el hervor asesino vital; la forzada determinación del régimen nazi por eliminar a los judíos. ¿Acaso la guerra no estaba destinada al control sobre Europa y no para hacer cuentas con la historia judía? Y, parece que éramos nosotros, los judíos, una terrible amenaza a los ojos del régimen hitleriano. No se trataba de una amenaza militar sino de una amenaza moral.

Frente al anhelo que negaba nuestra fe, que todo hombre nace a la sombra deDios, que todos son iguales ante Dios, iguales como seres humanos y que el judío, aún estando libre de armas, contaría con la gracia divina. Desde el día que nació el pueblo judío, ordenamos: "No Matarás!" y "Ama a tu prójimo como a ti mismo", en todas las situaciones, en todos los lugares.A ese judío inocente, que cree en esos preceptos, lo veo – en este momento - ante mis ojos en la figura de mi buen abuelo, el recto y querido hombre. Los nazis intentaron convertirlo en un demonio, no un hombre. Lo cremaron en vida a él y a sus hermanos. El fuego quemó sus cuerpos. No su espíritu. Intentaron describir a mi pueblo en terribles películas de propaganda, como parásitos, como ratas enfermas, como propagadores de enfermedades. Los nazis olvidaron, e hicieron olvidar, los valores de justicia y misericordia. Como judío, porto siempre el sello del dolor de la Shoa de mis hermanos y hermanas.

Como israelí lamento la trágica demora de la creación del Estado de los Judíos, que dejó a mi pueblo sin costas seguras.

Como abuelo, soy capaz de superar la pérdida de un millón y medio de niños, el potencial humano y creativo más importante en condiciones de modificar el destino de Israel. Estoy orgulloso de ser el más acérrimo enemigo del mal nazi.

Estoy orgulloso de la herencia de nuestros antepasados, la total oposición a la Biblia del racismo.Estoy orgulloso del levantamiento de Israel, la respuesta moral e histórica al intento de borrar al pueblo judío de la faz de la tierra. Le agradezco a Dios que algunos pueblos se hayan levantado y frenaran la locura, la maldad y la masacre. La Shoa debe permanecer frente a los ojos y la conciencia de la humanidad como una grave alerta eterna; como una orden que compromete al respeto por la vida, la igualdad entre los hombres, la libertad y la paz.

No debe verse - en el asesinato de los judíos de Europa en manos de Alemania nazi - una especie de "agujero negro" astronómico, una estrella de la muerte que traga la luz, que reúne en su interior – como unidad - el pasado y el futuro. Está prohibido que la Shoa sea, ante los ojos de todos, una barrera a la fe en el bien, en la esperanza, en la vida.

Me pregunto hoy, en el Día Internacional de la Shoa, ¿cómo querría el judaísmo europeo que lo recordáramos? ¿Quizás solo a través del humo de los crematorios? ¿O, quizás, sea correcto recordar la vida que antecedió a la Shoa? Si existe – para los millones de judíos de Europa- una voz colectiva; esa voz nos llama, a nosotros y a ustedes, a mirar hacia delante; ser los que pudieran haber sido las víctimas y no fue; reconstruir lo perdido. ¿Acaso la creación de los judíos alemanes, que se identificaban con su país y cuyo aporte a la cultura, a la ciencia, la economía, la posición general de Alemania no fue tan grande, sin relación al tamaño de la comunidad? ¿Acaso los judíos europeos no promovieron y desarrollaron la ciencia, la tecnología, la economía, la literatura y el arte de este continente?.

Ellos lo hicieron porque, después de haber sido expulsados de su tierra, se vieron obligados a ser un pueblo nómade, conocedor del Libro; artesanos y comerciantes en varias lenguas; un pueblo bendecido con médicos, escritores, científicos y artistas; un pueblo bendecido con personalidades que maquillaron la cultura de Alemania y aportaron al mundo todo. Me conmueve el pensar en la enorme corriente de pensadores e inventores que surgieron de la profundidad de la aldea judía, del gueto judío, de los hogares de la burguesía judía, desde el momento en que - a los judíos- se les permitió el ingreso a las universidades. Como en una sesión de magia, nos surgieron Albert Einstein, Sigmund Freud, Martín Buber, Carl Marx, Hermann Cohen, Hanna Arendt, Heinrich Heine y Moshe Mendelsohn, Rosa de Luxemburgo, Walter Rathenau, Stefan Zweig y Walter Benjamin que tienen, en común – a pesar d e ser personalidades tan diferentes- el enorme aporte al pensamiento de la humanidad; su contribución a la modernidad en su camino excepcional. Ellos orientaron la mirada alemana, europea y mundial hacia un nuevo futuro.Y, ahora, aprendieron la lección que dice: "Nunca más", no más Biblia del racismo; no más sentimientos de superioridad; no más autoridad divina a la provocación, el asesinato, a la violación de la ley; a la negación de la Shoa y deDios; no más abstinencia de una dictadura sedienta de sangre, escondida detrás de máscaras demagógicas y, sobre ellas, consignas de muerte. Mis amigos,Representantes del Pueblo Alemán, Las amenazas de exterminio de un pueblo y de un estado son oídas a la sombra del desarrollo de armas de exterminio masivo, en manos desequilibradas, con una idea insensata, con un lenguaje mentiroso. Para evitar otra Shoa, nuestro compromiso es educar a nuestros hijos a respetar la vida humana y mantener relaciones entre los pueblos a través de la paz; respetar la cultura particular y los valores universales; imprimir cada vez la lista de los Diez Mandamientos, encender las luces, orientar los telescopios y microscopios que iluminen los escondites de la ciencia, que encierran los remedios del hombre y de su alma; alimentos para los pobres, agua para los sedientos, aire para respirar.

Sabiduría para la humanidad. Con el fin del Mandato Británico, Ben Gurion, líder de la nación renovada, declaró la creación del Estado de Israel. Los árabes rechazaron la resolución de Naciones Unidas y sus ejércitos atacaron a Israel. Y, entonces, algunas horas después de la Declaración, en el momento de nacer, siete ejércitos árabes atacaron a Israel para destruirla. Los enfrentamos solos. No teníamos aliados ni respaldos. Esa era la única esperanza que quedaba para el pueblo judío. Si hubiéramos perdido esa batalla, hubiera sido el fin de nuestro pueblo.El Ejército de Defensa de Israel ganó esa enorme campaña, mientras la justicia histórica y la valentía humana permanecieron unidas. En ese ejército, en esa guerra, sirvieron los sobrevivientes de la Shoa que habían llegado a las costas y se enrolaron durante los combates. Parte de ellos cayó bajo fuego.

Mientras se reponía de las heridas de la guerra, la pequeña Israel comenzó con su primera prioridad de abrir sus puertas a los sobrevivientes de la Shoa y a los refugiados judíos de los estados árabes. Para ellos, todas las otras puertas estaban cerradas.

Mis Honorables, Recordamos bien el día en que aún, en el colapso de nuestra sangre, llegó la ayuda, del lugar menos pensado, de la nueva Alemania. Dos líderes de estatura histórica, se dieron la mano, desde ambos lados del abismo: el Canciller Konrad Adenauer, padre de la Alemania Federal Democrática y David Ben Gurion, padre fundador y Primer Ministro del Estado de Israel. El 27 de septiembre de 1951, Adenauer habló sobre la tarima del Bundestag sobre la responsabilidad del pueblo alemán por los delitos del Tercer Reich hacia el pueblo judío; sobre la disposición de su gobierno por restituir los bienes judíos robados y la ayuda al levantamiento del Estado de Israel. La decisión del gobierno de Israel de mantener negociaciones directas con el gobierno de Alemania despertó una tormenta, que no habíamos conocido en el mundo judío. Sobrevivientes - en cuyos brazos se tatuaron los números de la muerte en los campos de exterminio- fueron parte de las piedras en la Knesset y se contaron entre los que no apoyaron a Ben Gurion. Pero Ben Gurion se mantuvo en sus ideas: hay una Alemania distinta. Con ella hablaremos sobre el futuro, no solo sobre el pasado. La doliente Kneset dio su aprobación. Los pagos de Alemania ayudaron a sacar a Israel de su miseria y aportaron a su desarrollo. Tuve la suerte, en mi juventud, de ser el asistente y luego vice de Ben Gurion en el Ministerio de Seguridad y aprendí que, la Israel que construye su hogar, está obligada a defenderlo. También en ello encontramos un oído atento en Alemania, que nos suministró recursos de defensa. Entre Alemania e Israel se desarrollaron relaciones de un estilo particular. La amistad que nació no vino a cuenta de la negación de la Shoa sino a partir de la conciencia sobre la nube sombría del pasado, a la luz de la decisión común y determinada de torcer la mirada hacia adelante, hacia un horizonte de buena esperanza, hacia la redención del mundo. El puente sobre el precipicio fue construido por manos dolientes y por hombros inclinados ante el peso de los recuerdos; sostenido sobre sólidas bases morales.

A nuestros hermanos y hermanas asesinados, les construimos un monumento vivo, en arados que convirtieron el desierto en lugares fértiles, en laboratorios que inventan nuevas vidas, en una Fuerza de Defensa capaz de defender nuestra existencia, en una democracia sin concesiones. Creímos y, agregamos, creemos que la nueva Alemania hará todo lo necesario, para que el Estado Judío no se encuentre más sobre su alma cuando esté sola; para que una dictadura asesina, llena de odio, pueda en nuestros días, levantar su cabeza, otra vez. Gracias. Konrad Adenauer, que encontró un idioma común con Ben Gurion,Willy Brandt que se arrodilló en memoria de los héroes del Gueto de Varsovia y a ustedes, miembros del Budenstag y del Budenstrat, por Helmut Schmidt y Helmur Kohl y otros líderes, por profundizar las bases y su aporte a la amistad. Y a los organismos sociales, organizaciones económicas, centros de cultura, gente del pensamiento y de la práctica, que aportaron al enriquecimiento de esa red de vínculos especiales. Gracias y, otra vez, gracias. Usted, Presidente Ernst Keller declaró en la Kneset en Jerusalén que "La responsabilidad por la Shoa es parte de la identidad alemana". Lo valoramos mucho.Y usted, Señora Canciller, Ángela Merkel, conquistó el corazón de nuestro pueblo por su sinceridad y por la calidez de su vínculo. Les dijo a las dos cámaras de Estados Unidos que "El ataque a Israel será considerado un ataque a Alemania".

No olvidaremos ese apoyo que alienta a nuestro corazón. Honorables Damas y Caballeros, Más de 62 años transcurrieron desde la creación del Estado de Israel y ya pasamos por la prueba de nueve guerras. Alcanzamos dos acuerdos de paz, con Egipto y Jordania. Con los países con los que firmamos la paz, devolvimos los territorios que cayeron en nuestras manos durante la guerra.La tierra en nuestro poder es muy difícil y,a pesar de ello, logramos crear una agricultura considerada entre las mejores del mundo. La localización de materias primas en capacidades científicas y tecnológicas, nos condujo a la primera línea de los esfuerzos científicos. Es la grandeza de un país pequeño. Nuestro pueblo retornó de la Diáspora.

La mayor parte del pueblo judío se encuentra hoy en Israel.

Retornamos a nuestra lengua.

Somos el único país de la región cuyos hijos hablan el mismo idioma antiguo que hablaron, desde hace más de 3000 años, la lengua hebrea, la lengua de las Sagradas Escrituras. La historia judía se mueve en dos ejes paralelos: el eje moral, desplegado en los Diez Mandamientos; ese documento que nos fue entregado hace 3500 años, que no hubo necesidad de modificarlo y se convirtió en la base de la cultura occidental y el eje científico, que descubre misterios y escondites que desaparecieron en el pasado de los ojos humanos y, lo que descubre, modifica la calidad de nuestras vidas. Israel es un país judío y democrático. Viven en el alrededor de un millón y medio de ciudadanos árabes en igualdad de derechos. No permitiremos que nadie haga el mal por nacionalismo o por religión. Salimos de la crisis económica mundial y retornamos al florecimiento. Nuestra cultura es renovadora y, a la vez, tradicional . La democracia israelí es activa, no descansa ni un minuto; ni en tiempos de guerra se detiene. El éxito de Israel no puso fin a sus peligros. No tenemos apetito de tierras ajenas. No tenemos voluntad de controlar a otro pueblo, pero tampoco podemos cerrar los ojos. Nuestra voluntad nacional es tajante: llegar a la paz con nuestros vecinos. Damas y Caballeros: Como bien saben, Israel apoya el principio de "Dos estados para dos pueblos".Pagamos el precio de las guerras. No dudamos de pagar el precio por la paz.

También en el presente estamos dispuestos a ceder territorios por llegar a la paz con los palestinos, que levanten un estado para ellos, independiente, próspero y en paz.Al igual que nuestros vecinos, nos identificamos con los millones de iraníes que se ubican contra la dictadura y la violencia. Como ellos, negamos el gobierno fanático, que contradice la declaración de principios de Naciones Unidas; un gobierno que hace oír amenazas de aniquilamiento, acompañado por reactores y misiles nucleares y despliega el terror en su país y en otros. Ese gobierno representa un peligro para el mundo todo.Es nuestra voluntad aprender de la Unión Europea, que liberó al continente de 1000 años de guerra y amarguras y permitió, a los jóvenes de Europa, cambiar el odio de sus padres en fraternidad. Es posible aprender de su experiencia, soñar con un Medio Oriente cuyos estados se liberen del conflicto de sus padres a favor de la paz de sus descendientes; crear una economía regional moderna que combata los peligros actuales, comunes a todos: hambre, enfermedades, desierto, terror; crear una cooperación científica que mejore el nivel de vida y su calidad.Nuestro Dios común es el Dios de la paz, no el de la guerra.

Mis Honorables, Estoy aquí, frente a ustedes, como un hombre que cree en sus fuerzas y en nuestras fuerzas de aportar a la creación de una nueva historia. Creo que la paz está al alcance de la mano. Las amenazas sobre Israel no desviarán su corazón de la paz.Estoy aquí hoy, frente a ustedes, como el hijo de un pueblo que aspira a aportar todo lo que puede a un mundo iluminado y transparente, en el que un hombre para otro hombre, sea un hombre.

El Día Internacional de Recordación de la Shoa es un día de unidad y entendimiento; un tiempo de educación y esperanza.

Comencé con el Kadish de duelo y finalizaré con Hatikva:

No se habrá perdido nuestra esperanza;
la esperanza de dos mil años,
de ser un pueblo libre en nuestra tierra:
la tierra de Sión y Jerusalén.

Nos tomaremos el permiso y, estoy seguro, que ustedes también lo harán, de soñar el bienestar y cristalizar los sueños.