sábado, 12 de marzo de 2016

Un largo caminar

Estamos cerca de concluir el tercer año del pontificado del Papa Francisco. Es bueno repasar parte del mismo, para no quedarnos anclados en aquel miércoles 13 de marzo que conmovió al mundo entero. La novedad, es que el nuevo pontífice, sigue dando pasos firmes en su andar, y brinda numerosos signos de un pontificado, que interpela a toda la humanidad. Ante todo, aquel signo de pedir la bendición a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, y anunciarse como Obispo de Roma, fue un preludio de comunión, para caminar juntos, pueblo y obispo. Uno de sus primeros aportes, fue la encíclica Lumen Fidei, Luz de la Fe, publicada el 29 de junio de 2013: -“Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre .. “ Luego iniciaría el primer viaje apostólico, visitando Lampedusa, el 8 de julio. Tres días después, emitiría su primer Motu Proprio, carta apostólica, acerca de la Jurisdicción de los órganos judiciales del Vaticano en materia penal, comenzando así una intensa reforma de la Curia. Cerraría el mes de julio, con la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Río de Janeiro, dando inicio a los viajes apostólicos internacionales (I). Fueron ocho días intensos, plenos de encuentros memorables: - “Quisiera decir una cosa. ¿Qué es lo que espero como consecuencia de la Jornada de la Juventud? Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos, las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir, sino salen se convierten en una ONG ¡y la Iglesia no puede ser una ONG! Que me perdonen los obispos y los curas, si alguno después le arma lío a ustedes, pero es el consejo. Gracias por lo que puedan hacer”. Llegaría el turno de visitar Cagliari y Asís. La Carta Apostólica con la Aprobación del Nuevo Estatuto de la Autoridad de Información Financiera, de noviembre de 2013, dio muestras del incesante trabajo para sanear las finanzas. El 24 de noviembre, el Papa Francisco nos daría una alegría derivada de su Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium. Recordandonos la dulce y confortadora alegría de evangelizar: “El bien siempre tiende a comunicarse. Toda experiencia auténtica de verdad y de belleza busca por sí misma su expansión, y cualquier persona que viva una profunda liberación adquiere mayor sensibilidad ante las necesidades de los demás. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla (P.9)”. En 2014, el Santo Padre viajó a Tierra Santa (I)1, Campo Basso, Caserta, Corea (I), Repiduglia, Albania (I), al Parlamento Europeo (I) y Turquía (I). En medio de este peregrinar, otro evento destacable fue la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, celebrado durante octubre en Roma. Allí, 253 representantes del orbe, reflexionaron sobre los Desafíos Pastorales de la Familia en el contexto de la Evangelización. Fue un momento para debatir sobre diversos problemas que atañen a nuestras familias, y una muestra cabal sobre el estilo de este pontificado, marcado por la colegialidad y la sinodalidad. Características que requieren de un trabajo fraterno. El año 2015 comenzó con el 13° Viaje Apostólico a Sri Lanka y Filipinas (I). Fueron momentos inolvidables, donde ni la copiosa lluvia, pudo detener el anuncio de la Buena Nueva. Seguirían Pompeya y Nápoles. En mayo fue el anuncio de la esperada encíclica Laudato si', sobre el cuidado de nuestra madre tierra, un (P.13) “desafío urgente de proteger nuestra casa común, que incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. .. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común”. Más que un documento ecológico, es un llamamiento, dirigido a cada persona que habita este planeta (P.3). Seguirían los viajes a Bosnia Herzegovina (I), Turín, Ecuador, Bolivia y Paraguay (I). Allí, Francisco, hizo una emotiva y justa descripción de las mujeres paraguayas, como las mas gloriosas de América. Su misa de campo en Ñú Guazú, y su intercambio con los jóvenes, aún permanecen intactos en la memoria de muchas personas, como un momento irrepetible. Cerraría el mes de septiembre con la visita a Cuba, Estados Unidos y la OEA. Allí, unió países que estaban divididos, y desde la diplomacia vaticana, urdió una estrategia internacional, para acercar las partes. En octubre, tuvo lugar la Asamblea General del Sínodo de los Obispos, cuyo tema de debate fue la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo. Seguirían viajes a Prato y Florencia, y el arribo al África, visitando Kenia, Uganda y la Rep.CentroAfricana(I), anteponiendo el acercamiento con las personas, antes que su propia seguridad, recordando los atentados que se estaban viviendo en varios países del contiente africano. Allí hizo la apertura simbólica del Año Jubilar de la Misericordia, donde nos invitó a “abrir los ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad ..que juntos podamos romper la barrera de la indiferencia que suele reinar ..las obras de misericordia corporales y espirituales. Serán un modo para despertar nuestra conciencia” Inició 2016, visitando al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Cuba, para luego dirigirse a México, y recorrerlo extensa e intensamente. Hasta aquí un mero recorte de la amplísima obra de un pastor, que nos seguirá interpelando y animando. Un curita que ya tenía reservada su habitación en un hogar para sacerdotes retirados en el barrio de Flores que lo vio nacer, al regreso del Cónclave. Pero el destino y un Santo Espíritu, quisieron que este jesuita porteño nos sorprendiera. Por su capacidad de escribir desde los márgenes, de salirse del protocolo, de hablarnos individualmente a todos, de ser coherente, de ser osado, de darnos material a todos, con sus incesantes y diarias homilías, sus discursos y sus gestos. Por su ofrecimiento constante de la llama de la fe, gesto que espera una respuesta o un acercamiento, que siempre es voluntario, jamás impuesto. Estamos transitando este viaje: el Obispo, junto a su Pueblo. Tal como nos lo adelantara aquel miércoles 13 de marzo, tres años ha, Francisco continua invitandonos a transitar un camino de fraternidad, amor y confianza entre nosotros.

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