jueves, 27 de septiembre de 2007

Horror tras horror (eufemismos y circunloquios)

Jacobo Timerman en su libro Preso sin nombre, celda sin número, hablaba de "eufemismos y circunloquios" por parte de los medios al dar ciertas noticias, esto no es ni más ni menos que utilizar ciertos vericuetos de la lengua española para no expresar de forma escueta ciertos contenidos (hablando mal y pronto "no ir al grano").
Hace unos días ocurrieron ciertos hechos horrorosos, el primero fue la noticia sobre la violación de una discapacitada mental de 19 años, la segunda creo que más grave todavía, la ejecución del aborto con casi 5 meses de gravidez; lo peor de todo esto es que en las noticias figuraba "se realizará una pericia sobre el material retirado del útero", este "material" no es otra cosa que un bebé al que se lo dejó morir, está intervención no fue otra cosa que una cesárea, con la diferencia que en lugar de asistir al recién nacido se lo dejó morir, al igual que algo ocurrido durante el 2006; esto éticamente es gravísimo.
Todos conocen la opinión católica sobre el aborto: la vida comienza en la concepción, recuerdo una intervención de un sacerdote católico en un programa sobre congelamiento de embriones en el que manifestaba su repudio a esta práctica por las frecuentes pérdidas embrionarias que ocurren, según él "la vida de un embrión tiene el mismo valor que la de un hombre de 40 años" es respetable y discutible a la vez, pero podemos coincidir con él que no somos quienes para discutir sobre que vida es importante y cual no.
La opinión judía sobre el aborto es diferente no obstante también repudia lo acontecido; para el judaísmo el feto es una "vida en potencia", una "vida por venir", el Talmud sostiene que una vida existente es más importante que la segunda, no obstante a pesar de ser menos no deja de ser importante y debe ser respetada; el judaísmo sólo acepta una interrupción del embarazo cuando la continuidad del mismo pone en riesgo la vida de la madre; esto es por lo siguiente: si una madre tiene muchos hijos, la pérdida de la misma significaría un riesgo muy grande para la descendencia; sin embargo no obliga a hacerlo sino que da esa posibilidad; pero una vez que el bebé sale del útero tiene el mismo derecho a la vida que la madre (cosa que no sucedió en Argentina).
Cualquiera sabe lo difícil que es para una madre tener una hija discapacitada, y lo horrible que es ver que ella fue abusada, sin embargo la nueva vida no es la culpable de eso.
Según el judaísmo y el cristianismo lo que se convirtió es un asesinato por más que los medios nos hablen de "retirar material del útero".

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