miércoles, 18 de junio de 2008

La señal de Encuentro

Podríamos hablar del canal del Ministerio de Educación, pero no, este se trata de "otro Encuentro".
El primero que tuvimos al regresar del Focolar de Bahía Blanca.
Allí un grupo de seres que habitamos por el sur del país, nos dimos cita un fin de semana, y compartimos vivencias varias.

Lo complejo suele ser arrancar con el desafío de vivir y encarnar este ideal de caridad desde nuestras ciudades.
Siguiendo la hipótesis del filósofo C.Balá, quien postulaba "el movimiento se demuestra andando", hubimos de tirarnos a la pileta.

En el encuentro fuímos ocho personas, todos conocidos de uno u otro modo, con bastante conocimiento del movimiento.
Entonces ya desde el arranque, e "intentando hacer una palomita hacia la piscina de la vida desde el trampolín focolar", compartimos la premisa de toda regla del movimiento:

"La mutua y continua caridad,
que hace posible la unidad
y atrae la presencia
de Jesus en la sociedad,
es, para los focolares,
la base de su vida
en todos los aspectos:
es la norma de las normas,
la premisa de todas las demás reglas".

Luego compartimos lectura de las referencias históricas de Testimonio e Irradiación, extraído de 'Como un Arco Iris - Los "aspectos" en el Movimiento de los focolares'.
Esto dió pie para una natural puesta en común, y salió a la palestra un extenso intercambio sobre dónde es preferible hacer los encuentros y por-qué.
En la página 117, alude a la característica mayoritariamente laica, por tanto señala como deseable optar por llevar a cabo los encuentros en casas de familia, teatros, estadios deportivos, donde todos [desde el monje, hasta nuestros mayores] puedan sentirse a gusto.
Hubo alguna opinión sobre la inconveniencia de obrar de tal modo.

Particularmente me impactó la delicadeza y el grado de detalle del grupo de personas que han elaborado este material, invitando a hacer la opción por las casas de familia, cuando sea posible.
Allí comencé a hilvanar algunas otras cosas, relacionadas con la armonía y la belleza que sugiere el estatuto de los focolares tengamos en nuestra vida y en nuestros hogares, que esencialmente deben ser casas abiertas o cálidas.
Y vislumbré el alto grado de conexión que tienen varios documentos del movimiento, id est todo se conecta y forma un todo, una potente unidad. El libro del Arco Iris, los estatutos, etc.
Comparto entonces un artículo intenso, que describe una característica del espíritu focolarino, simple y a la vez compleja:

"El amor a Jesús abandonado lleva a los focolares al desapego exterior e interior necesarios para realizar toda unidad sobrenatural;
les hace superar dolores físicos y espirituales [..];
los ayuda a superar toda posible desunidad [entiéndase por desunión] en las pequeñas comunidades, como la familia, los grupos de los que forman parte, etc.;
[..]
los ayuda a afrontar todo ámbito del quehacer humano para llevar allí el soplo del Espíritu y transformarlo".

Como cada encuentro, y este no fué la excepción, tuve la sensación de Armada Brancaleone, una pléyade de personajes unidos por un espíritu común que los guía.
Lejos de ser los mejores, son los que responden a un llamado.

El tema es mantener el rumbo, y dentro del largo viaje conservar la unidad [que el Maestro nos mandó].

A su vez, este es el desafío, el de jugar el campeonato de la vida, no con el seleccionado de los mejores, sino con un grupo de gente apasionada. Esta divina aventura ..

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