Transcribo misiva publicada hoy (19.3.09) en La Nación. Un ser reconoce la (noble) labor de otro. Así se construye un planeta!
Señor Director:
"En el Talmud se nombran, entre varias, tres virtudes humanas dignas de mencionar sobre las cuales se basa el mundo: el dar, el agradecer y el no enojarse.
"Como director argentino-israelí de orquestas y de coros residente en Dinamarca y activo profesionalmente en la Argentina y en el resto del mundo, siempre me ha fascinado la música de lo creado positivamente para el hombre y el oasis interno que genera el construir. Paralelamente a esto, siempre me ha entristecido el barullo de la calumnia.
"Estas líneas llegan como agradecimiento al señor embajador Juan Carlos Kreckler por los años en los que como embajador argentino en Dinamarca, otorgando desinteresadamente, sin enojarse y agradeciendo, ha elegido colaborar artística y humanamente con muchos de los que representan al cercano Sur en el lejano Norte.
"Su actitud leal a los intereses de la Nación, abierta hacia la cooperación y netamente enfocada en la causa argentina, más allá de concepciones políticas y gobiernos diversos, es digna de todo diplomático que representa a mi país en el exterior.
"El pasar haciendo caminos sin estragos es un arte al que todos deberíamos afianzarnos, desde diplomáticos responsables hasta periodistas más responsables aún. Para ello se requiere muy poco: conciencia, conocimiento profundo de la realidad y ganas. Nada, absolutamente nada de esto debe faltar, ya que somos grandes y nuestros hijos, el presente y el futuro, miran, aprenden e imitan.
"Es por eso que justamente al embajador Kreckler elegiré recordarlo siempre para bien. Porque es de aquellos que, por su calidad profesional y humana, dejan huella al pasar."
Saul ZaksFortebakken 40, 8240 Risskov. Aarhus (Dinamarca)
DNI 14.568.026
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