Por primera vez, un sacerdote católico y un rabino prestaron testimonio en forma conjunta en una causa en la que se denuncia a una empresa de indumentaria que habría utilizado en su línea de producción mano de obra en condiciones de semiesclavitud.
La empresa involucrada es Kowsef SA, fabricante de prendas con la marca Kosiuko, cuyos directivos habrían quedado enredados en su propia telaraña: intentaron promover un monitoreo externo de su actividad para descartar cualquier posibilidad de trabajo en condiciones de servidumbre, con la auditoría de organizaciones sociales, y terminaron negando el derecho a una indemnización a dos trabajadores bolivianos, inmigrantes ilegales despedidos en uno de los talleres subcontratados que trabajan para esa marca.
La denuncia que presentará hoy (lunes 2 de marzo de 2009), la defensora del Pueblo porteño, Alicia Pierini, ante la Justicia federal incluye el testimonio del cura Mario Videla, miembro de la Comisión Pastoral de Migraciones del Episcopado, y el rabino Damián Karo, de la Fundación Judaica, responsable del Templo de la calle Paso, en el barrio de Once, quienes participaron del frustrado intento de monitoreo de la empresa.
Hoy a las 19, miembros de las organizaciones denunciantes se movilizarán ante uno de los locales de la marca, en Santa Fe y Callao, para respaldar la denuncia.
El tema (curiosamente) despertó escaso interés entre los diarios. ¿Por-qué será?
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