Hablando de De Gasperi (1881-1954), el Papa afirmó que "se formó en la escuela del Evangelio y fue capaz de traducir en hechos concretos y coherentes la fe que profesaba. (...) Espiritualidad y política se integraron tan bien en él, que si se desea comprender en profundidad a este estimado hombre de gobierno, no hay que limitarse a recordar los resultados políticos que consiguió, sino que hay que tener en cuenta también su fina sensibilidad religiosa y su fe sólida, que constantemente animó su pensamiento y acción".
El Papa destacó además la "fidelidad intachable a los valores humanos y cristianos del estadista, así como la serena conciencia moral que le guió en las decisiones políticas. (...) Aunque en algunos momentos no faltaron dificultades, y quizá incluso incomprensiones por parte del mundo eclesiástico, De Gasperi no dudó de su adhesión a la Iglesia, que fue (...) plena y sincera".
El Santo Padre concluyó pidiendo a Dios que "el recuerdo de la experiencia de gobierno y del testimonio de De Gasperi animen a quienes hoy gobiernan Italia y los demás países".
lunes, 22 de junio de 2009
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