Nota de Tzvi ben Itzjak
Biblia significa "libro", y para las religiones monoteístas (judaísmo-cristianismo-islam) resulta la fuente de inspiración en la que se registra cómo se desarrolla el bello mito del inicio de la historia humana a la sombra de la divinidad.Esta entrada es el mero derivado de un chat con Gabriel Junior Sus, el ecumenicum por naturaleza.
No hay mayor "obra abierta" que la Biblia, ya que es el propio lector el que va completando simbólicamente y de manera progresiva el significado del libro a través de su reflexión, análisis e interpretación en el devenir de las generaciones.
La Biblia es una suma de libros de épocas distintas, de estilos diferentes, de temáticas disímiles, expresando las sucesivas y cambiantes percepciones del hombre en relación a su imagen de Dios, y a su vez las diversas manifestaciones de Dios en correspondencia con el hombre.
Y ya que la Biblia es una palabra genérica, no hubo acuerdo entre las diversas tradiciones religiosas, por razones teológicas e históricas, acerca de cuales son todos los libros que componen el "Libro".
La primera distinción es entre Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
Los judíos no consideramos la revelación de un Nuevo Testamento, entre otras razones porque no creemos en una nueva alianza que Dios hace con la humanidad sustituyendo a una antigua.
La segunda distinción es entre Biblia Hebrea y Antiguo Testamento, ya que tampoco es lo mismo. La Biblia Hebrea es conocida en su idioma original por la sigla TNJ o TaNaJ (para que el lector pueda pronunciarla), siendo la letra T la que corresponde a la palabra "Torá" que significa enseñanza o ley, y que hace referencia al Pentateuco (Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio), la N que corresponde a "Neviim" (profetas), individuos a los que simbólicamente Dios dotó de su confianza para transmitir su mensaje, por ejemplo Isaías, Jeremías, Ezequiel. Y finalmente la J es la sigla de la palabra "Jetuvim" o "Ketuvim" cuya traducción es "Escritos", y que son libros donde predomina el elemento literario, como los Salmos, el Eclesiastés, el Cantar de Los Cantares.
Ahora hay libros que pertenecen al Antiguo Testamento que no ingresaron al TNJ, ya sea por razones históricas o por cuestiones ideológicas. Son los llamados por la tradición judía "Jitzonim", que significa "externos", y que en otras tradiciones son conocidos como "apócrifos y deuterocanónicos".
El concepto de "apócrifo" alude al status de que dichos libros han sido tema de debate ya que no se consideraron de inspiración divina, según los rabinos de la antigüedad, porque su contenido se contradice con el de algunos libros del TNJ o porque originalmente se los conoce en idioma griego y no en hebreo.
Tomemos como ejemplo el libro de Judith, que narra la valiente resistencia de una viuda judía. Este libro está lleno de inexactitudes históricas y geográficas, razón por la cual no fue aceptado en el canon del TNJ.
Otro ejemplo son los libros de Tobías y Macabeos. Este último describe muy bien los festejos de Jánuca, donde comenzaron a rebelarse contra los soldados griegos, ya que se negaban a hacer actos que iban en contra de su propia religión. Tuvieron una lucha difícil, y eran una minoría luchando contra el ejército griego, sin embargo sus estrategias, su decisión y fe les llevaron a lo que es el milagro de Jánuca, ganar pocos contra muchos
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