viernes, 30 de mayo de 2008

Un día triste (Dedicado a Daniel Alejandro Sus z´l, 17 de abril de 1974-30 de mayo de 1999)

Hoy pensaba hacer en este site un homenaje a mi hermano al cumplirse 9 años de su fallecimiento; iba a hacerlo de una forma no tan trágica; pero algo que sucedió a metros de mi casa me cambió totalmente mi estado de ánimo: un camión mató a un chiquito de 3 años, este hecho apareció en todos los informativos, me fue imposible no relacionar esto con lo sucedido hace 9 años en la provincia de Córdoba donde también mi hermano perdió la vida en un accidente ó negligencia como se lo quiera llamar al igual que el primer caso que conté.
Daniel en su corta vida fue un ejemplo para muchos; siempre ayudar a otros fue fundamental; recuerdo que una de sus últimas actividades fue recaudar fondos para comprarle un televisor al padre de un amigo que estaba grave; también participó en Jabad Lubavitch, a pesar de las diferencias que mantenía con ellos en lo que era el judaísmo, en la distribución de alimentos a familias carenciadas; la lectura era una gran afición para él, me hizo conocer libros de García Márquez, de Wilbur Smith; le encantaba todo lo relacionado con el Estado de Israel, me hablaba de Ben Gurión, de los kibutzim, de los bosques del Kerem Kayemet, de los nombres que podría haber llevado el estado y tenía una visión muy objetiva del conflicto.
Muchas veces nos preguntamos donde está Dios cuando estás cosas suceden; la respuesta es que Dios creó el mundo donde vivimos, también los hombres; pero no maneja la conducta de los mismos; hoy en día los accidentes de tránsito es la principal causa de muerte, podemos pedir ayuda a Dios por ejemplo que no se nos rompa una caja de dirección y eso genere un accidente; pero no por dejar de usar cinturón de velocidad, por ir altas velocidades por ejemplo en una zona de jardín de infantes ó escuelas ó por no respetar las normas de tránsito; no se puede culpar a Dios de las conductas humanas.
Creo que la mejor manera de honrar a mi hermano es nunca dejar de olvidar su pensamiento y su accionar en su corta vida.
Cuando fue este triste acontecimiento me entregaron un libro de Tehilim (Salmos) en su memoria, por eso quiero terminar esta entrada con el Salmo 1: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado".

No hay comentarios: