Hoy se recuerda dentro de la comunidad judía Iom Haatzmaut, el día de la Independencia del Estado de Israel; parecería una celebración política, pero es mucho más que eso; es la concreción después de 2.000 años de persecuciones, masacres, exterminios, conversiones forzosas y todo tipo de desgracias, del sueño de todo judío.
Lamentablmente no todo fue como se hubiese deseado, a lo largo de sus 61 años el nuevo país siempre estuvo en medio de conflictos bélicos, generando estos miles de muertos en ambos lados; muchas veces se lo acusa erróneamente al pueblo israelí de promover "genocidios", guerras, anexiones, etc., eso está muy lejos del espíritu judío de defender la paz ante todo.
A pesar de la acusación de "invasores", y sin desmerecer en absoluto el derecho de los árabes palestinos a su estado; el pueblo judío siempre tuvo una gran relación con "Eretz Israel" (la tierra de Israel), un ejemplo de ellos fueron los movimientos cabalistas en Tzefat (Safed), en la Galilea; las comunidades judías en Jerusalem y Hebrón por dar ejemplos, y la inclusión de Ierushalaim (Jerusalem), en casi todas las plegarias.
El establecimiento del Estado de Israel, a pocos años del mayor exterminio sufrido por el pueblo judío en toda su historia, es una demostración a la humanidad que nunca se puede eliminar a un pueblo cuyo único sustento es la fe en un Dios único y creador del mundo en donde vivimos.
miércoles, 29 de abril de 2009
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