A pesar de no ser alguien que pierda muchas horas de su vida frente al televisor; no puedo abstraerme de una moda que se está convirtiendo en enfermiza: hacer un show de la marginalidad.
Es común ver cada vez más programas que ingresan a una villa de emergencia, que muestran madres solteras demasiado jóvenes, padres de familia de sólo 19 años que ni siquiera saben leer y escribir y toda una gama de espectáculos grotescos; eso sí nada de lo ingresos recaudados por publicidad van para las personas cuyas vidas son televisadas al "resto de la sociedad", generalmente se publicitan muchos estos "especiales", pero nunca se ve la forma de ayudar a esta gente.
Cada vez es más acertada la frase del genial Atahualpa Yupanqui "las penas y las vaquitas se van por la misma senda, las penas son de nosotros las vaquitas son ajenas".
Si lo que queremos es ayudar a los pobres existen instituciones serias como Cáritas, Red Solidaria, Fundación Tzedaká, la Fundación ALMA y muchas otras que ayudan y no necesitan hacer un lamentable show.
lunes, 7 de julio de 2008
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