BARUCH TENEMBAUM (nacido en 1933)
"Es un acuerdo que se basa en el respeto, el conocimiento y la comprensión de nuestro derecho a ser diferentes del otro."
Baruch Tenembaum nació en Santa Fe, Argentina, un lugar que recibió a los inmigrantes judíos que escapaban de la violencia de los pogromos rusos hacia fines del siglo XIX. Hijo de gauchos judíos, ingresó a la academia para enseñar hebreo, idish, literatura idish, las escrituras hebreas y filosofía. También se convirtió en un hombre de negocios, al establecer la Oficina de Turismo Israelí en Buenos Aires.
Una de las obsesiones centrales de Tenembaum ha sido la relación entre judíos y cristianos, especialmente aquella entre los judíos y la Iglesia Católica. Utilizó su posición de agente de viajes para organizar un viaje a Tierra Santa para un grupo de sacerdotes. Además de ese viaje, trabajó con sus amigos del clero católico y otros hombres de negocios para establecer la Casa Argentina en Jerusalén, institución que hospedó a católicos y judíos, brindándoles así la oportunidad de reunirse, convivir y aprender uno del otro. Tiempo después decidió dejar a un lado su trabajo con los sacerdotes y abocarse a los preparativos para invitar al papa a visitar Israel.
Durante una visita al Vaticano en 1965, Tenembaum personalmente invitó al papa Paulo VI a visitar Jerusalén, éste fue el primer viaje de un papa a tierra santa.
Fue Tenembaum quien promovió la idea de establecer monumentos interreligiosos. Su primer proyecto importante fue la realización de un fresco en la principal iglesia de Nazareth a manos de Raúl Soldi, quien terminó su trabajo en 1968 y hasta el día de hoy su obra ha sido vista por más de 10 millones de personas. También organizó la producción de un mural en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, en memoria de las víctimas del Holocausto. En abril de 1997, el mural que contiene textos religiosos judíos fue inaugurado por el Cardenal de la Argentina, Antonio Quarracino, Lech Walesa, polaco, galardonado con el Premio Nobel de la Paz y el propio Tenembaum. Una réplica del mural fue instalada en la iglesia Vatenrunser en Berlín.
La labor interreligiosa de Tenembaum terminó arriesgando su vida. Un grupo terrorista asociado con la dictadura militar argentina lo secuestró en 1976. Lo acusaban de "infectar a la Iglesia Católica con el virus del judaísmo" y de "esparcir ideas de coexistencia para destruir los principios cristianos". Cuando su esposa Perla se ofreció voluntariamente como rehén, también fue secuestrada. Finalmente, ambos fueron liberados debido en gran parte a la mediación y los esfuerzos legales realizados por un sacerdote católico: el Padre Horacio Moreno.
Después del secuestro, Tenembaum se fue de la Argentina hacia los Estados Unidos. Comenzó a buscar gentiles que habían ayudado a judíos durante el Holocausto. Con la ayuda del congresista Tom Lantos, un sobreviviente del Holocausto, creó la Fundación Internacional Raoul Wallenberg para divulgar la vida y la obra de Raoul Wallenberg.
Wallenberg era un diplomático sueco que fue enviado a Hungría para cumplir su misión. Allí salvó a alrededor de 100.000 judíos de ser deportados a los campos de la muerte. Fue tomado prisionero por el ejército ruso hacia fines de la guerra y nunca más se supo nada de él. Tenembaum estableció la Fundación Wallenberg para luchar contra la intolerancia, el racismo y la violencia y para estimular el coraje de defender a los débiles contra cualquier agresión y/o violencia. Más de 60 jefes de estado y 30 laureados con el premio Nobel son miembros activos de la Fundación Wallenberg. Una de las historias resaltadas por la fundación es la de Irena Sendler, quien también forma parte de nuestro libro "Interfaith Heroes 2".
Tenembaum ha continuado su labor con el diálogo interreligioso y la reconciliación. Considera que el miedo es el combustible que enciende la violencia religiosa. El conocer al otro le permite a la gente dejar salir sus miedos y Tenembaum cree que "este principio tan simple como básico es la base fundamental del diálogo interconfesional."
Su perspectiva sobre las relaciones y el diálogo entre las religiones no fue el encontrar el mínimo común denominador entre las diferentes creencias o simplemente tolerar a la gente que es diferente, sino que "el acuerdo no se trata de fe o de creencias teológicas. Cada uno de nosotros continuará con su fe y su fuente de inspiración. El acuerdo se basa en el respeto, el conocimiento y la comprensión de nuestro derecho a ser diferentes el uno del otro."
FUENTE: FUNDACION RAOUL WALLENBERG (http://http://www.raoulwallenberg.net/)
viernes, 27 de febrero de 2009
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