Comparto pequeña anécdota reciente y veraz, a la vez que elocuente. Resulta que un "joven septuagenario" tiene que practicarse una delicada cirugía.
Toda operación implica riesgos, y más cuando uno dejó de ser un PBT, o cuando se pone en juego el corazón, que era lo que aquí sucedía (de algún modo). Bien, operación programada, en la fecha indicada.
Se interna el hombre en cuestión en el nosocomio, y acuden su mujer, sus hijos y gran parte de su familia, para acompañarlo y acompañarse. Pocas situaciones mas molestas que estas, esperar que transcurra la operación. Rápido, pero felizmente, por ende, el tiempo suele pasar mas lento que de costumbre. Apenas ingresa al quirófano, a los pocos minutos mandan llamar a la esposa.
Alarma silenciosa, pero dicen que no es nada, que por favor suba la señora .. Clima tenso, de misterio, temor.
(Mezcla poco/nada recomendable). Al minuto, baja la dama, con una sonrisa inocultable. ¿Que había sucedido? Resultó que necesitaban sacarle el anillo al joven paciente, pero hete aquí que no salía, ya que la alianza no se la había sacado desde hacia medio siglo.
El anillo salió bien, al igual que la operación.
Lo interesante del caso, es que signos como estos muestran claramente la imagen de lo que configura la alianza de una pareja, algo que perfectamente puede perdurar, y aumentar con el paso del tiempo.
De allí que perfectamente en medio del quirófano, y desde un paciente dormido, también pueden brotar fuertes señales de un pacto vigente, como es la unión de las personas, a través del amor.
Todo resumido en una pequeña pieza circular, que no en vano se denomina alianza ..
Acompaño entonces con un tema de Jorge Fandermole, "Corazón de luz y sombra", cuyo estribillo dice:
El que te ama, no te nombra,
corazón de luz y sombra.
Ahí va:
viernes, 15 de mayo de 2009
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