
Lo que era un evento cultural se vio empañado por el ataque totalmente repudiable de algunos energúmenos (mal llamados "manifestantes" ó "piqueteros").
Al ser un ataque contra un acto que tiene relación con la colectividad judía se produce una gran sensibilización después de los atentados ocurridos en los años '90; no obstante si bien fue un ataque netamente antisemita; es parte de una involución de ciertos sectores de la sociedad argentina que gozan de una terrible impunidad.
Basta ver lo sucedido últimamente en muchos casos; como las manifestaciones a favor del campo, donde un grupo de "piqueteros" agredían a personas que solamente manifestaban su disconformidad con el accionar de un gobierno ante un conflicto; lo ocurrido en protestas gremiales en el hipódromo, en el casino de Puerto Madero y muchos otros lugares por dar algunos ejemplos. También podemos citar el bloqueo de los puentes con la hermana República Oriental del Uruguay, negando el constitucional derecho de transitar, entrar y salir libremente del país.
Si bien es cierto que existe un largo conflicto árabe-israelí; que dejó miles de muertos en ambos lados, y que hay infinidad de injusticias; cualquier disconformidad se puede manifestar pacíficamente.
Sería bueno aprender de lo ocurrido la semana pasada en Nazareth (a pesar de la poca difusión y la insistencia de los medios en lo negativo) donde el Papa realizó un acto multitudinario ante miles de creyentes de diferentes credos haciendo un llamamiento a la paz.
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